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Mostrando entradas de abril, 2019

Nuestro tiempo..

En la torre campanario de nuestra Catedral, habita un reloj que -a su manera-, va desgranando el tiempo de nuestros latidos. Con las agujas enmarcadas dentro de una esfera blanca -aunque ya podrían colorearla de un verde color esperanza-, su imperturbable compás sabe de nosotros aquello que ni nosotros mismos sabemos. Y es que somos presos de sus tics tacs , de sus cambios de horas, de sus infinitos e imparables tempos . De esos tiempos donde los fríos se combaten con abrazos, donde las ceras duermen sobre los adoquines de los sueños, donde las nubes enhebran cielos de musitadas quimeras. De esos tiempos de paseos por calles desconocidas, de lluvias aparcadas en los zaguanes de la noche, de alegrías que se despiertan entre lunares, volantes y coches de caballos. De esos tiempos donde el calor aprieta como una soga de miedos, donde el vino renace como una Pascua cuando septiembre se despierta, donde todo empieza y todo acaba cuando la luna firma sentencias de mi

Yo me enamoré de ti..

           Permíteme que levante la mano y que escriba lo que mi corazón siente cuando tu nombre seduce una vez más a mis labios. Permíteme que sea un arrabalero más entre la chusma selecta que escoge tus canciones para poder vivir sin anclajes sobre los atardeceres apaleados de este mundo.   Permíteme que me empape una vez más de tu pluma, del brillo bohemio de tus ojos, de tus muñecas condenadas, atadas y maniatadas a una guitarra y que sólo se liberan cuando tu voz le susurra a Cádiz que esa costilla de tierra millonaria es tu única patria, tu único cielo, tu único universo. Ser de ti es un lujo que la vida me tenía reservado en la esquina   de un pasodoble interminable, de esos que tú compones sin miedo, sin coloretes, sin purpurina caduca y sin febrero que deshojar, y que cuando mi garganta me lo canta por lo bajini, mi piel se eriza y se desgarra como si yo fuera un nostálgico comparsista que se la da de artista.   Juan Carlos , cuando la vida se me tuerc

Manos que dan Consuelo..

Tengo una cita de nuevo en la calle Bizcocheros con los pliegues de mi alma, esa parte de mí que solo la dueña de la pena amarga deshilvana a su antojo.  Cuando Ella me divisé entre la multitud, ambos sabremos que tenemos la eternidad y un poco más para trazar nuestros nombres sobre la estraza de un suspiro.. Cuando suspire por su nombre, la eternidad sentirá cómo la diviso entre las sombras de la multitud.. Cuando me aposte en esos adoquines de alamares, mi mirada estará henchida de Consuelo , los zapatos reposarán desgastados de perseguir el trono de Caifás y mis labios se habrán agrietado por dentro al preguntarme mil veces si hay Justicia para el traslado de un Dios muerto y rendido.  Y me marcharé de su lado con ganas de volver la vista atrás y recogerme los espasmos y los silencios, esos mismos que se liberarán cuando caiga la noche y me pierda en Dolores , esa dolorosa que se lleva todo el camino recogiendo piedras caídas del suelo y me descompondré ante e

Remedios para la Salud

Cuentan que en una enagua de Remedios la vida transcurre como transcurre una cicatriz de nostalgias, como una lluvia sobre una maceta descosida en un patio de vecinos, como una sombra que el sol talla con la gubia imperfecta de las añoranzas.  A veces me la imagino ahí, sentada en un banco de su soledad, tejiendo un cordel de Amor con restos de lana blanca, esperando que todos los abrazos que caben en la grafía de la letra O se salden cuando la luna se asome a las tapias defensivas de los recuerdos.  Otras veces me da por soñarla saliendo de su convento enclaustrado con las prisas en los zapatos, llegando al barrio de San Mateo para confesarse bajito ante una Madre Desconsolada , mientras San Juan supura las heridas de una espalda quebrada en torno a riachuelos de muerte. Y este Martes Santo me la encontraré bisbiseando Salud por aceras nuevas, calmará sus tormentos cuando el palio de la Esperanza doble la esquinas de las traiciones y se hará Humilde y se hará

Y Jerez calmó su Sed..

Jerez tiene allende sus fronteras un Cristo vivo que agota sus últimos alientos de vida silabeando la palabra Sed. Sed para entregarse al cielo.. Sed para entregarse al Padre.. Sed para entregarse sin más al eco de su propia Sed.. Y esa Sed que desafía las cuestas que dividen en dos a la ciudad y que evitaba calles orilladas de balcones cada vez que el azahar paria cuaresmas, ayer vivió el sueño de conocer los cielos que cubrieron los repelucos de la tarde para buscarle la cara al Padre de sus entrañas y dejarse entregar en torno al Amparo de un puñado de anhelos. Y es que la Hermandad de Puertas del Sur al fin visitó el centro..  Y como en un cuento de hadas, el centro se enamoró de ella, saboreando cada segundo que la cofradía le pespunteó al dobladillo de la jornada del Lunes Santo.  Por eso las estampas que sus nazarenos regalaron ayer fueron diferentes.  Por eso su andar sobrio y decidido tenía ayer un compás de regalo eterno.  Por eso su g

Sed de Cáliz..

En un cenáculo de izquierdos, esta tarde Judas se volverá a traicionar por llevar en sus manos monedas de cuño romano y reverso con olor a humanidad. En una barrio plateado por vecinos, de esos que se asoman entre abrazos a las caobas de las dudas, La Mujer Verónica enjuagará sus miedos en el Rostro moreno de un Dios para que éste vuelva a hacerse grande entre plumas negras y rezos.  En una calle Sol de adoquines y cenizas calladas, el Amor de una Madre volverá a huir despavorido de una piel, de unas manos, de un corazón negro que late entre tempestades y sacrificios sin tiempo a mirar atrás, con los ojos clavados en el hueco necio de la nada. En un coso sin albero, el pueblo despojará de nuevo a Jesús a sabiendas de que Jesús se refugiará eternamente en el silencio de ese albero para dejarse la vida en un desquite de lenguas de fuego. Y en la zona Sur, un Cristo de medidas irracionales, de sombras inmortales, de quimeras colosales,… se asomará por primera a la

Domingo de Costumbres..

El sueño acaba de despertarse entre fragancias de palmas y astillas de Ramos, dejando que el cosquilleo se cuele por los resquicios de los nervios. Todo está a punto de iniciarse y de acabarse a la vez; todo alfa suscribe a su paso el eco de los omegas. Los cirios aún están apagados. Las volutas de incienso aún no se han dibujado. Las bullas aún no se han descorrido.  Mientras una Estrella hilvana adoquines a su alma de pizarra, Herodes se araña las entrañas hacia arriba entre izquierdos y Misericordias ante la atenta mirada de la luna.. Mientras la calle Arcos reduce su mirada a unas mariquillas verdes afligidas y un galeón silencia sus andares con cañas de azúcar y espinas con sabor a Paz , desde un horizonte ajeno a nuestros días, Pasión planta la bandera de su fe en torno a las piedrecitas perpetuas del Perdón y su cortejo ermitaño donde se condensa la luz opaca de nuestra historia.. Mientras exista una Madre despojada de piel y enhebrada de qu

Es la Semana..

No es una semana más perdida en el calendario porque es el inicio y el fin del calendario sin más. Es la semana donde la costumbre se desnuda, los recuerdos nos invaden y donde correteas detrás de los globos de tu infancia en busca de los cielos que enmarcaron tu Fe cuando la pubertad te despojaba la piel. Es la semana en la que los cirios chorrean chicotas, en la que las promesas se saldan con lágrimas, en la que volvemos a callejear por los pasadizos de la ciudad sin cristales de arena en los zapatos. Es la semana de las marchas, de los inciensos, de los estrenos; de las esperas, de las bullas, de las soledades calladas; de los nombres bordados por vencejos, de los diálogos sin voz, de las estampas anónimas sin eco. Es la semana de Dios ... Ese Dios que algunos buscan como refugio mientras su sangre muerta y descarnada se sostiene por clavos y sale a tu encuentro su estampa para dibujarse a sí mismo en los lienzos desnudos de la tarde.. Ese Dios que pre