Jerez tiene allende sus fronteras un Cristo vivo que
agota sus últimos alientos de vida silabeando la palabra Sed.
Sed
para entregarse al cielo..
Sed
para entregarse al Padre..
Sed
para entregarse sin más al eco de su propia Sed..
Y
esa Sed que desafía las cuestas que dividen en dos a la ciudad y que evitaba
calles orilladas de balcones cada vez que el azahar paria cuaresmas, ayer vivió
el sueño de conocer los cielos que cubrieron los repelucos de la tarde para
buscarle la cara al Padre de sus entrañas y dejarse entregar en torno al Amparo
de un puñado de anhelos.
Y
es que la Hermandad de Puertas del Sur al fin visitó el centro..
Y
como en un cuento de hadas, el centro se enamoró de ella, saboreando cada
segundo que la cofradía le pespunteó al dobladillo de la jornada del Lunes
Santo.
Por
eso las estampas que sus nazarenos regalaron ayer fueron diferentes.
Por
eso su andar sobrio y decidido tenía ayer un compás de regalo eterno.
Por
eso su gente de abajo -titanes en busca de Sitio-, trabajaron ayer sin
guardarse nada, sin esconderse nada, sin negarse nada.
Para
el recuerdo quedará ese hábito con olor a entrega desmedida entre los palcos,
la última llamada de su capataz antes de firmar una entrada en Carrera Oficial
para la historia o la primera lectura de las Preces bajo las bóvedas de la
Santa Iglesia Catedral.
Para
el recuerdo quedará para siempre el nombre de todos los hermanos que conformaron y conforma esta cofradía y que ayer trasminaban ilusión y satisfacción bajo los antifaces,
y guardaré para el recuerdo -para siempre y por siempre-, el rostro de Mama
Milagros cuando estuvo cerca de su Cristo; ella es una humilde costurera que ha
encontrado en vuestra hermandad el cariño que a su alma le faltaba.
Permitidme
hoy que os de la enhorabuena de la única forma que se..
Enhorabuena a las juntas de gobierno que precedieron este sueño
y a los actuales dirigentes -bien Daniel, bien-; a Enrique Soler,
por perseguir la quimera de creer en Dios a través de una cofradía de barrio; a
su grupo de auxiliares externos; a los que te hacer sentir aquella casa como si
estuvieras en tu propia casa; a los que siempre están por allí; a los que por allí
siempre están...
Como
le oí decir una noche a una vecina de aquella collación, la grandeza se
vislumbra en los pequeños detalles; creedme hermanos… Vuestros detalles han
sido, son y seguirán siendo grandiosos.
Querida
Hermandad de la Sed, felicidades por
vuestra histórica Estación de Penitencia.
Un
abrazo..
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