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¿Por qué eres del Nazareno?

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No fue un sueño

  El tiempo nos lo ha puesto difícil  Madre , pero, por fin, pudimos llevarlo a cabo; aunque sólo fuera por unos instantes, el sueño se hizo realidad.   Apoyándome en la horquilla, y mirándote de perfil, el viento de  aquella Madrugá  nos trajo recuerdos de mi niñez, de mi juventud, de mi adolescencia,...   Recuerdos como el de aquella primera vez que entré en tu  capilla , y besando tus manos, le pregunté a mi abuela:   -       ¿Cómo se le quita la pena a la Virgen?   Recuerdos como el de la primera horquillita, el del primer cíngulo amarillo -que arrastraba por todas las calles-, el de los primeros guiños a la amistad, que se forjaban tras la cruz de guía, bajo el tintineo de una campana...    ¿quién en la hermandad no ha hecho sonar esa campana? Luego, fui creciendo, abrazando faroles, Senatus, llevando a  San Juan  sobre mis hombros... ¡ si hasta he puesto música a tus andares de Madre desconsolada!   Pero ya no podía más, y  Tú  bien que lo sabías  Madre .    Ha sido mi sueño desd

En el sí de una mirada

Al igual que la música brota cuando las yemas de los dedos acarician las cuerdas de una guitarra…   Al igual que el amanecer se despierta tras la oscuridad de la noche…   O al igual que los recuerdos se quedan a vivir para siempre en un rinconcito del alma cuando alguien se nos fue…   Al igual que todo eso… en vosotros dos surgió el amor .   Sólo los dos sabéis de los adoquines que vuestro camino os tenía reservado, de los sinsabores que habéis tenido que beberos, de los esfuerzos que habéis tenido que llevar a cabo para que este momento llegara y quedara sellado bajo el trazo de una pequeña alianza , siendo uno del otro… mientras que el otro quiera ser del otro.   Era vuestro destino , escrito sobre el papel de vuestros primeros besos, de vuestras primeras caricias, de vuestros primeros encuentros…   Y sabemos que ha sido el mismo destino el encargado de escoger la hoja del calendario del día de hoy , dibujando sobre la espera guirnaldas de fiesta, para que vuestras miradas se eng

Siempre lo supieron

  Siempre supieron que aquellos cuerpos carcomidos por cicatrices, aromas y silencios eran sus atalayas de libertad.   El único lugar del mundo donde el mundo era un lugar.   El abismo donde todo se detenía. Donde las pausas se daban. Donde las caricias eran palabras escritas con la punta desgastada de los suspiros.   A los dos les bastaba con desnudarse la mirada entre una multitud de abrigos para sentirse cerca. Como si estuviesen en el salón de casa. Al calor que desprenden las gotas de lluvia del invierno observadas desde un cristal con vahos en sus esquinas.    A él le gustaba recorrer su espalda para sentir cómo su piel se desabrochaba en escalofríos tibios mientras los relojes perdían la noción del tiempo.   A ella le enloquecía peregrinar por su cintura, para volverlo loco y que, en su locura, pidiera a gritos entrecortados que siguiera, sin descanso y sin mirar atrás, hasta que la demencia acallara a su boca.    Ambos se deleitaban saboreando el sexo del otro, esmerándose en c

Cierra los ojos... y sueña

Dentro de un par de días, irás al encuentro de tu túnica, esa que esconde entre sus costuras los relentes de la  calle  Higueras,  y los goterones de nostalgias que se te derramaban por entre los dedos cada vez que deteníamos los pasos al girar las esquinas.    Dentro de un par de días, irás al encuentro con la que lleva esperándote meses sin abrir la boca, a sabiendas de que entre sus pespuntes se guardan recuerdos acolchados bajo  la luna de Nisán .  Dentro de un par de días, irás al encuentro de la mañana más esperada del año, esa que busca maquillar nubes con palmas de hosannas, y pintar en el cielo sonrisas de olivos.  Ese día, justo después de almorzar, los nervios pondrán el broche a la espera y entonces, tu piel correteará por el salón de tu casa porque el momento más esperado acaba de llegar.  Y el ritual que te enseñaron hace un tiempo vuelve a repetirse.  Te acercarás a ella con todo por decir- Alguien te ayudará para que no tengas nada que hablar y el aroma a  Humilladero  

La musa

  En sus caderas, el silencio gritaba.   Sobre su espalda, la pasión se agitaba.   En torno a su cuello, el tiempo se deletreaba.   Y en su boca…   en su boca la vida se hospedaba   como un jardín de rosas rojas   como un horizonte de entrañas   cuyo nombre era un suspiro   y entre suspiros siempre, siempre, siempre, siempre…   la encontraba.

Mi sombra

Mi sombra apenas acaba de comenzar a caminar por la vida, y mi vida no se entendería sin esa pequeña luz que alumbra mis caminos.   Tenerla cerca, disfrutarla, aprender de ella es un guiño que Dios ha puesto en mi día a día para que mi alma tenga un refugio donde respirar.   Mi sombra va pisando con huellas firmes este sendero de lunas y noches, de veranos e inviernos, de risas y llantos, con un puñado de amigos a su lado y unos ojos que se clavan al silencio cuando lo suelta todo por la boca.   Esta sombra es inquieta y vergonzosa.   Espabilada y sensible.   Feliz y poderosa… como lo son sus piernas cuando golpea una pelota o lo son sus brazos cuando me abraza y me dice que me quiere.   Mi sombra es la razón más poderosa que tengo para no abandonar la toalla a pesar de las heridas en la espalda y a la única persona que, cuando me iguale en altura, daré las explicaciones que necesite para saber de dónde viene y por qué hice lo que en su momento hice por mí y por ella.   Mi sombra es mi