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Mostrando entradas de septiembre, 2014

La del pueblo

            Colaborar en los medios de comunicación me está permitiendo subirme a una atalaya de privilegios donde oigo, veo,… y algunas veces guardo determinados silencios por temor a herir sensibilidades. El problema viene cuando la sensibilidad herida es la mía; y cuando esto sucede, la sensación de vacío con la llego a casa es fría, desoladora y triste. Y el pasado miércoles volví a sentir esa sensación danzar sobre mi piel. Para cualquier cofrade, participar en la procesión de la Patrona de su pueblo debiera de ser un motivo de orgullo, de fiesta, de reconciliación con nuestra niñez y nuestras raíces. Pero claro, si hablamos de Jerez -ciudad que se llama a sí misma “mariana”-, el problema varia… ya que asistir a una Novena es una pérdida de tiempo; donde a mitad de camino hay hermandades que se retiran del cortejo; donde se sortea por los grupos de whatshap qué miembros de junta son los “desafortunados” para representar a la hermandad; donde se llega a la Bas

Allá donde estés

            Hace un par de días que te marchaste, y nuestra casa de Cristina aún conserva el aroma de despedida en el aire. La luz de los cirios sigue temblando con lo vivido; el luto de Traspaso se está apoderando de las paredes; y las pisadas de tu voz se están acomodando en el filo de la entrada.  A pesar de que las arrugas de mis manos empiezan a delatarme, uno nunca está preparado para escuchar ciertas noticias. Y la de tu marcha -cerrando los ojos para dejar de sufrir-, es una de esas que hace que el silencio abrigue miradas.   Supongo que la abuela Teresa ya te habrá recibido con una copita de Jeré allá en el cielo, y que en breve estaréis hilvanando nubes y abrazos,… pero para los que nos quedamos aquí nos toca vivir momentos duros. Entre ellos, desempolvar recuerdos, buscarte en cada besamanos, llorarte al no encontrarte en todos los actos que organiza nuestra hermandad,… Son tantas las preguntas que se quedan en el vacío.   Pero es que fuiste muy

Invocación al Dulce Nombre de María 2014

Fue ante la niña de las rosquillas donde me vacié por ultima vez... donde me perdí para encontrarme... donde le pedí que no me dejara sólo a mi suerte...

Vaciarse por dentro

             Cuando uno se vacía por dentro… al día siguiente el espejo de las dudas no tiene argumentos suficientes con los que alimentar los reproches.   Si es cierto que el miedo, la incertidumbre y la inseguridad abrigan nuestros alientos justo antes de que nos acerquemos a ese precipicio de las verdades, cuando todo está dicho, o escrito, o entregado,… la verdad es la que se refleja -por sí sola- sobre el filo de ese precipicio. Y créanme, cuando uno tiene la suerte de ver de frente el latido de esa verdad, siente mucho más que mil sonrisas cabalgar por los nervios de la piel.   Me gusta pensar que la gente que me rodea suelta todo lo que sus adentros guarda en las alcobas de su ser, y que en una simple mirada, en un simple gesto, o en una simple palabra se van desnudando para que juntos podamos seguir caminando sobre centenares de rosas y afiladas alambradas. Yo suelo vaciarme en cada artículo que escribo, en cada abrazo que doy, en cada mensaje que encierro e

Manos alfareras...

         Hace poco volví a abrazar las manos de un alfarero. Eran rudas, con las arrugas del pasado bordeando los límites de su  piel y, -aunque cansadas-, llenas de aliento; las estuve observando un rato, y sentí que aún tenían fuerzas de sobra para seguir creando vida. Es un oficio varado en la memoria, sencillo, paciente,… donde sólo interviene el barro y el agua.   De un trozo de masa son capaces de generar recuerdos que colgarán del alero de la eternidad. Y en cierta forma eso es lo que miles de educadores de la etapa de Educación Infantil van a sentir cuando el curso eche a rodar en pocas horas.  Sé por experiencia que la primera visita a una clase de infantil es dura, no sólo para los más pequeños, sino también para estos docentes que suplen con cariño, con paciencia, con serenidad… todas las carencias y las envidias de esta sociedad que nos ha tocado en suerte. Y tienen en la ilusión de un trabajo bien hecho el aliado perfecto para cumplir con su co