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Mostrando entradas de septiembre, 2019

El tren...

Dejó escrito García Márquez que viajar es  “regresar valorando lo poco, es saborear una copa, es desear empezar” ; y hace unos días este escribano de sueños decidió viajar para empezar a valorarse. A veces uno se siente un afortunado sólo porque otros silabeen su nombre en la lejanía y deje de ser un olvido de tierra. Y ese viaje del que les hablo lo hice con recelos en la mirada y con una maleta repleta de nuevos propósitos...   Y ese viaje lo hice en tren… ese rumor de vida que despierta de la siesta al campo y que escribe historias de amor bajo la luna encendida... Y ese viaje no lo hice a solas; me acompañaron un rosario de suspiros y el aliento de personas que me quieren sin reparo al otro lado de mis complicados andenes...   Quizás pueda parecer una tontería, pero créanme cuando les escribo que necesitaba un reto así, salir de mi zona de confort y   perderle el miedo al miedo, ese enemigo que llevo instalado en las alforjas de mi alma y ajustarme las cu

Contigo, Lato Más..

Tengo una AMIGA a la que no le gusta cumplir años. Sopla las velas a mediados de septiembre, y me consta que es algo superior a sus fuerzas. Siempre le he dicho que si no fuera por ese nimio detalle de su personalidad, sería la mujer perfecta. Pero es mi AMIGA . Y le perdono que no sea perfecta, ya que atesoro motivos de sobra para quererla como la quiero, sufrirla como la sufro, necesitarla como la necesito. Porque la quiero tal y como es. Con sus miedos, sus lágrimas, sus ganas de bailar y brindar por la vida cuando mayo se viste de albero y faralaes; pronto consideraremos su casa como la caseta número 1. Porque la sufro cuando ella sufre por los avatares de la vida. Y los dos nos contamos las cosas cuando no podemos más. Y ambos nos tragamos las lágrimas y le sonreímos al mundo para que nuestros mundos apenas noten nuestras lágrimas. Y porque la necesito, sobre todo cuando la vida me atormenta y las palabras se atascan en la garganta, y a uno solo le da por

Llegó septiembre...

Descuelga el calendario el mes de septiembre y, como decía el pasodoble de Juan Carlos Aragón , el tiempo devuelve a los niños a las escuelas. Pero antes de que los llantos se desnuden en Infantil, las madres respiren tomando café aliviadas y los lápices afilen sus tintas de colores, los maestros y profesores son los primeros en volver. Y vuelven para adornar sus clases, para preparar sus temarios y horarios y para corregir los exámenes de esos alumnos a los que la vida escolar les da una segunda oportunidad. En definitiva, los maestros volvemos a recorrer un camino que ya conocemos de años anteriores; cambia el lema, la canción y los alumnos,… pero el fondo es el mismo de siempre. Por eso, a todos los que en estos días volvéis a escuchar la alarma del móvil para ir a la escuela, sólo os pido que volváis con las pilas cargadas, con la mente despejada y con ganas de masticar el verbo por el cual se nos paga: ENSEÑAR . Qué triste me resulta asistir a la queja de