Ir al contenido principal

Una Estrella en la Plazuela..

 


Hace unos días alguien me enseñó -entre lágrimas y sin voz-, que las casualidades no existen, sino que es Dios quién está detrás de todas las cosas que nos suceden, definiéndome esta circunstancia como las diosidades del que manda.    

 

Y una de esas diosidades se vivió el pasado sábado en la Plazuela, en torno a la Esperanza y la Virgen de la Estrella, en una visita que hizo que la tarde sonriera.

 

El palio besó el dintel de esa puerta donde los sueños nanean sus costuras.

 

Tomás pudo dar las gracias como capataz de un navío de rosas a esos hombres que fueron peregrinos de esperanzas cuando la vida se nos puso cuesta arriba. 

 

Y mi niño gritó aquello de guapa… mientras su padre se recogía la baba sin que nadie se diese cuenta.

 

Lo que se dijeron ambas dolorosas nunca lo sabremos.

 

Lo que las dos se dejaron de decir, tampoco.

 

Pero puedo asegurar que el tiempo se detuvo, que la magia se hizo y que las miradas se buscaron en esa pequeña capilla que agrandó sus muros para albergar en ella los nervios de una próxima corona de pétalos lasalianos.

 

La Virgen de la Estrella es de esas dolorosas calladas. Que apenas hacen ruido. Que pasan de puntillas por los recovecos de la ciudad.

 

Se lleva todo el año entre babis, partidos de fútbol y escuchando suplicas en el recreo donde los más mayores le piden “que los exámenes no sean muy difíciles, Madre mía…”


Pero tiene aroma de recuerdo. Silencio de madre callada. Luz en los andares.

 

Sus antiguos alumnos la quieren.

 

Los padres de los actuales alumnos confían en Ella todas las mañanas. 

 

Y los hermanos de la Salle saben que custodiar esa estrella de pureza es el mayor tesoro y el mayor encargo que pueden ofrecerle al que manda.

 

Quizás por eso la Estrella quiso pasearse sin prisas. Dejarse llevar. Hilvanar su nombre a cada adoquín de esas calles que nunca sabremos cuando volverá a pisar.

 

Y en esa visita a la Plazuela quiso mirarle los ojos a la Esperanza, para calmarlos, para sujetarlos, para secarlos con los ojos de una madre que sabe lo que es parir -y perder- al Hijo de sus entrañas.  

 

Yo sentí la felicidad corretear por mis venas esa tarde al volver a ver un paso en la calle, con mi hijo en brazos y la mujer de mi vida cerquita de mis silencios.

 

Ellas dos fueron felices tras esa visita al camafeo de la Plazuela y a ambas se les notó en las manos, en el sonrojo de sus mejillas, y en esa confesión dibujada de festejos donde una le contó a la otra a qué sabe el peso de una corona de barrio. 

 

Y la Virgen de la Estrella irradió gozo, alegría, júbilo…

 

a todos los que la siguieron en una tarde para la historia… 

 

a todos sus hermanos y costaleros.. 

 

a todos los que siguieron a esa Estrella más allá de la Por-Vera..

 

Bendita Estrella Lasaliana..

 

Bendita tarde junto a la Esperanza..


P.D.: Gracias Dolores por estar, hacer y enviarme esa foto. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Yo me enamoré de ti..

           Permíteme que levante la mano y que escriba lo que mi corazón siente cuando tu nombre seduce una vez más a mis labios. Permíteme que sea un arrabalero más entre la chusma selecta que escoge tus canciones para poder vivir sin anclajes sobre los atardeceres apaleados de este mundo.   Permíteme que me empape una vez más de tu pluma, del brillo bohemio de tus ojos, de tus muñecas condenadas, atadas y maniatadas a una guitarra y que sólo se liberan cuando tu voz le susurra a Cádiz que esa costilla de tierra millonaria es tu única patria, tu único cielo, tu único universo. Ser de ti es un lujo que la vida me tenía reservado en la esquina   de un pasodoble interminable, de esos que tú compones sin miedo, sin coloretes, sin purpurina caduca y sin febrero que deshojar, y que cuando mi garganta me lo canta por lo bajini, mi piel se eriza y se desgarra como si yo fuera un nostálgico comparsista que se la da de artista.   Juan Carlos , cuando la vida se me tuerc

Se muere...

El centro de Jerez se muere. Está sentenciado. No tiene remedio; lleva meses desahuciado, y sólo falta poner sobre su lápida vital la fecha de su defunción. Duele escribir con la cólera entre los dedos y la impotencia en los labios, pero más duele ver como el jerezano de a pie mira para otro lado y saca su mirada conformista una vez más. Y como yo escribo en base a lo que siento, y de conformista ya me queda poco, junto palabras desde la rabia, la furia y la resignación que me trasmiten los ojos de esos amigos que en su día apostaron sus ahorros y sus sueños en levantar un negocio en el centro, … y ahora ven cómo el centro se va convirtiendo en un desolador cementerio. Y ya saben lo que uno encuentra cuando visita campo santo: recuerdos, nostalgias, humedades, … Quizás por eso las grandes firmas huyan despavoridas de sus enclaves estratégicos sin mirar atrás, antes de que sus clientes les paguen con coronas de flores. Quizás tenga que ver algo las chapuzas de a

Un eterno hombre COBARDE... y sus ETERNOS hombres bonitos

Cádiz, ven.. déjame que te tome de la cintura para dar un paseo por la orilla de tus susurros, y permíteme que dibuje sobre la caricia de cada ola la historia de un niño que se hizo grande entre cobardes y milagros . Prometo que no te entretendré mucho.. Sé que llevas unos días cosiéndole al atardecer sombras y ecos donde los suspiros pedirán perderse entre tipos y coloretes; sé que estas sacándole brillo a los zaguanes de las casapuertas para que las voces que hablan por ti contagien de vida a propios y a extraños; sé que te están dejando reluciente ese castillo de papelillos donde las ilusiones se maquillan con esperas y nervios;… pero yo necesito contarte la historia de uno de los tuyos. Así que, descálzate y ponte cómoda.. Se trata de uno de esos requiebros al que tú le distes la vida -un mes de febrero-, y que nació con el don de quererte y de llevarte entre sonrisillas por todos los confines del mundo. Se trata de uno de esos locos de atar que doremif