Cuando me cuento lo que fuimos
la sangre se seca,
los labios se agrietan
y los ojos me piden que no... que no lo escriba…
Pero necesito ponerle voz a mis latidos…
Porque fuimos llamadas interminables.
Complicidad en los más nimios detalles.
Una piel solapada al escalofrío de la otra piel.
Fuimos unas manos que se buscaban en cada beso.
Un ¡te quiero!… gritado desde un coche.
Un… “ni se te ocurra no venir a buscarme…”
Fuimos dos entre la multitud.
Un sueño compartido al despertar.
Una ducha juntos.
Fuimos una comida donde la camarera te regaló un par de chupachus por tu cumpleaños…
Tus insaciables ganas de aprender…
Un paseo -los martes por las tarde- por nuestra ciudad.
Fuimos un refugio de llantos.
La suerte vestida con un simple perfume.
El montaje de un sofá que jamás nos vio amarnos.
Fuimos el Ave María de Caccini.
El quejío del Carli en Villamarta.
Tu cara al ver los asombros de la Casa Pilatos.
¿Te acuerdas cuando me afeitaste
o cuando te dije en un parking de Cádiz
que estaba enamorado de ti…
física, mental
y emocionalmente?
¿Te acuerdas de aquel Domingo de Ramos
que al verte casi rompo
mi voto de silencio…?
¿Te acuerdas del primer beso…
la primera vez que nos vimos…?
Fuimos todo eso mi vida…
Al igual que fuimos un tiempo de espera en la que nos equivocamos mil veces al aparecer.
Fuimos el mensaje de texto que se nos quedaba pequeño, y teníamos que vernos por videollamada… con las ganas de deshojar las preocupaciones y alargar hasta la madrugada la hora de decirnos adiós…
Y fuimos felices con algo tan simple como ser el uno del otro; o al menos, yo lo fui…
Pero no sólo fuimos eso, sino que también fuimos paz y fuimos guerra.
Promesas sin cumplir.
Gritos en mitad de la calle.
Por mi parte, te pido perdón por no haberte respetado como te merecías…
Ojalá pudiera borrar esas tardes de mi memoria…
¿Ves?
Fuimos tantas cosas a lo largo de seis años…
Como aquellos veintiún suspiros asonantados que tanto me costó parir…
O aquellos versos escritos a dos manos…
O la calma cada vez que tenía que ponerme tras un atril...
Fuimos esa forma de amarnos, sin tapujos, sin miedos…
Fuimos un todo al que nunca le pusimos nombre.
Fuimos dos personas con heridas que creyeron que el otro tenía la obligación de salvarla… y para que el amor salve, el amor tiene que llegar a nosotros sanos...
Fuimos un video en el puente de Triana…
El ir a ver al Señor de los Gitanos, buscarte los ojos y saber que me rompería en el primer paso.
Y aquel trozo de tarta, con sus dos velas, el día que cumplí
Fuimos los libros que te regale,
aquel apoyo en el funeral de mi madre,
aquellos planes que nunca lograremos hacerlos realidad…
Fuimos un relato a media voz; me faltó quitarme el reloj del que dirán y gritármelo al irme a dormir...
Fuimos todo lo que me queda por escribir para, a mi manera, cerrar la cicatriz de amor que más ha calado en mis huesos…
Fuimos lo pequeñito que me sentía cada vez que te cogía en brazos…
Fuimos mis complejos, la pérdida de confianza, las veces que nos pedimos disculpas...
Fuimos tus lágrimas desangrándose por Sevilla…
Tu mirada tras aquel palio en la Plaza de San Lucas… Aquella visita a la Esperanza en la que te rogué que no me soltaras la mano…
Fuimos ese romance que nunca verá la luz y el pregón que nunca daré si tú no estás entre bambalinas…
Toca decir adiós…
¿Pero sabes lo que fuimos…?
Fuimos una historia de amor…
solo eso…
una historia de amor…
Poema perteneciente al poemario:” A quemarropa..”
Precioso
ResponderEliminarQuerido Amigo, me ha encantado leerte y saborear tus sentimientos. Cada noche insomne en blanco y negro y cada día despabilado de arcoíris me han llegado con claridad porque tus ecos son perennes. Eres auténtico y ese valor no tiene precio. Tienes un Don y lo rocías con generosidad. Eso dice mucho de ti. Sigue repartiendo tus Gracias, aquí estaremos para recibirlas con honda emoción. Te admiro mucho.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.