Se miraron a los ojos
y se dijeron que nunca fueron capaces de olvidarse…
Entreabrieron su piel
conjugaron sus silencios
prendieron sus miradas al pozo de sus tormentos..
Ella lo parió en un diciembre sin dolor, y en sus manos aun lleva el aroma de ese parto.
El asumió su destino, descontando treinta y tres primaveras, a sabiendas de que su corazón latiría eternamente.
Ambos se conocen y se reconocen en el abismo de la derrota más dulce de nuestra historia..
Ambos son el faro y la luz de las noches oscuras del alma
Prendimiento y Soledad
Soledad y Prendimiento
un amor sin edad
y un suspiro del viento
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