El
alma de todos nosotros tiene un desván en una esquina de su mirada donde las
cicatrices brotadas y sin brotar se van acunando entre sueños susurrados.
De sueños saben mucho por
la Plazuela…
Muchos de nosotros
tenemos la piel salpicada de cicatrices…
En estos días de festejos
-un lustro después-, he notado cómo el alma de la Esperanza ha rebuscado en sus
silencios el recuerdo de su Coronación
Canónica para preguntarse si esa huella sobre su sien aún sigue supurando
felicidad al perderse por los adoquines de la memoria.
Si veinte años no son
nada, cinco son un puñado de suspiros entrecortados asomándose al balcón de la
nostalgia…
Ha pasado el tiempo, y su
semblante macerado a fuego lento en las cocinas de los que la nombran sigue
siendo el último clavo, el último horizonte, el último refugio al que
agarrarse.
Yo no soy de la Plazuela
y quizás estas palabras sobren. Los que me conocen saben que mi sangre es más morada
que verde, más de silencios que de algarabías, más de vencejos volando a plomo
que de aplausos y abrazos.
Pero sé quién es la
Esperanza, aunque apenas la conozca..
Se escribir su nombre,
aunque me tiemble el pulso al hacerlo..
Sé cómo late su corazón,
pues hace unas semanas tuve que encomendarme a él..
5 años después..
La vida ha encalado
atardeceres en los arriates del tiempo. La noche sigue siendo cómplice de
sábanas desveladas. La luz sigue pasando los mediodías entre la calle Sol y la
calle Empedrada descalzando sombras y macetas.
Pero su mirada no ha
cambiado.
Sus manos no han
cambiado.
El leve gesto con el que
te recoge las calichas de las dudas cuando tienes la osadía de ponerte frente a
Ella sigue siendo el mismo de siempre, por mucha corona de oro que eleve su
realeza.
Porque la Esperanza es la
verdad mundana que habita en las celosías de los suspiros..
Porque la Esperanza es el
hilván deshilachado del que cuelga la envoltura de los arrebatos..
Porque la Esperanza es el
soplo de coraje que aprieta los dientes por dentro cuando los huesos sienten
que se van fracturando por fuera..
5 años después..
Siempre digo que en cada
momento hay que hacer lo que tu corazón te dicte, y hoy mis latidos me han
dictado que hable de Ti.
Esperanza…
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