Ir al contenido principal

Qué fácil es...


Ha sido aparecer por el calendario los cuarenta días previos a la Semana Santa, y de sus madrigueras, cuevas y cuchitriles han salido -voz en grito-, los mismos infelices de siempre.

Son los de cada año regresando por estas fechas para rajar de los palcos y de las procesiones, con más arrugas sobre su piel y un sinfín de envidias en su mirada.

Y decía que son infelices porque son personas de poco carácter o ambición, que viven pendientes de los demás y que creen que pueden hacer daño amparando sus pobres pensamientos en una mal explicada “libertad de expresión”.

Y les decía que son envidiosos porque ya quisieran tener estos malasangres, anclados a su día a día, la creencia que tenemos miles de personas sencillas que, cuando miramos al cielo, sonreímos al intuir que los nuestros están ahí, cuidando de nuestros latidos como verdaderos ángeles de la guarda.

Pero chavales, vosotros estad tranquilos, y seguid así, fumando ese opio a escondidas que os macera el odio hacia el Hijo de Dios, hacia todo lo que huela a cristiano y hacia todo lo que conlleve ser cofrade, y ni se os ocurra cambiar de camello.

Si así sois felices, seguid por ese camino, ladrando con vuestras entrañas y vuestras repugnancias.

Nadie mejor que nosotros mismos sabemos lo que pasa tras los muros de nuestra iglesia.

Nadie mejor que nosotros mismos para despellejarnos por un cambio de vestidor, de capataz o de túnica.

Nadie mejor que a nosotros mismos nos hierve la sangre cuando el silencio se vuelve cómplice y el oscurantismo se instala en torno a la Palabra de Dios.

Así que, poneros a la cola, mordisquear como buenos perros fieles que sois y, cuando podáis, cambiad de collar; el que lleváis huele a carcoma, está apulgarado y os hace flaquear.

Al menos mi fanatismo provoca que tenga misericordia hacia vosotros.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Yo me enamoré de ti..

           Permíteme que levante la mano y que escriba lo que mi corazón siente cuando tu nombre seduce una vez más a mis labios. Permíteme que sea un arrabalero más entre la chusma selecta que escoge tus canciones para poder vivir sin anclajes sobre los atardeceres apaleados de este mundo.   Permíteme que me empape una vez más de tu pluma, del brillo bohemio de tus ojos, de tus muñecas condenadas, atadas y maniatadas a una guitarra y que sólo se liberan cuando tu voz le susurra a Cádiz que esa costilla de tierra millonaria es tu única patria, tu único cielo, tu único universo. Ser de ti es un lujo que la vida me tenía reservado en la esquina   de un pasodoble interminable, de esos que tú compones sin miedo, sin coloretes, sin purpurina caduca y sin febrero que deshojar, y que cuando mi garganta me lo canta por lo bajini, mi piel se eriza y se desgarra como si yo fuera un nostálgico comparsista que se la da de artista.   Juan Carlos , cuando la vida se me tuerc

Se muere...

El centro de Jerez se muere. Está sentenciado. No tiene remedio; lleva meses desahuciado, y sólo falta poner sobre su lápida vital la fecha de su defunción. Duele escribir con la cólera entre los dedos y la impotencia en los labios, pero más duele ver como el jerezano de a pie mira para otro lado y saca su mirada conformista una vez más. Y como yo escribo en base a lo que siento, y de conformista ya me queda poco, junto palabras desde la rabia, la furia y la resignación que me trasmiten los ojos de esos amigos que en su día apostaron sus ahorros y sus sueños en levantar un negocio en el centro, … y ahora ven cómo el centro se va convirtiendo en un desolador cementerio. Y ya saben lo que uno encuentra cuando visita campo santo: recuerdos, nostalgias, humedades, … Quizás por eso las grandes firmas huyan despavoridas de sus enclaves estratégicos sin mirar atrás, antes de que sus clientes les paguen con coronas de flores. Quizás tenga que ver algo las chapuzas de a

Un eterno hombre COBARDE... y sus ETERNOS hombres bonitos

Cádiz, ven.. déjame que te tome de la cintura para dar un paseo por la orilla de tus susurros, y permíteme que dibuje sobre la caricia de cada ola la historia de un niño que se hizo grande entre cobardes y milagros . Prometo que no te entretendré mucho.. Sé que llevas unos días cosiéndole al atardecer sombras y ecos donde los suspiros pedirán perderse entre tipos y coloretes; sé que estas sacándole brillo a los zaguanes de las casapuertas para que las voces que hablan por ti contagien de vida a propios y a extraños; sé que te están dejando reluciente ese castillo de papelillos donde las ilusiones se maquillan con esperas y nervios;… pero yo necesito contarte la historia de uno de los tuyos. Así que, descálzate y ponte cómoda.. Se trata de uno de esos requiebros al que tú le distes la vida -un mes de febrero-, y que nació con el don de quererte y de llevarte entre sonrisillas por todos los confines del mundo. Se trata de uno de esos locos de atar que doremif