Llegará un día en el que mis pasos se volverán
pequeños, mis huellas se borrarán con facilidad y el genio que a veces mastico se
me escape por la boca, de manera pausada, cansada y silenciosa.
Llegará
un día en el que mi voz sea un hilillo de sonidos, en el que mis manos estén
revestidas de arrugas, en el que me vestiré con el perfume de nuestras cicatrices
pasadas y superadas.
Llegará
un día en el que mi tiempo se descontará al revés, en el que mi mirada se
nublará de recuerdos, en el que deje de llorar a escondidas, reír a escondidas,
hablar a escondidas…
Llegará
un día en el que me olvide de juntar palabras con la tinta de tus escalofríos; no
sepa buscarte cada noche en las sombras de la luna; abandone el anhelo diario de
tenerte entre mis brazos ante el susurro de un nuevo amanecer asomándose a la
ventana.
Llegará
un día en el que pida a gritos regresar al refugio de tu piel, al calor de tus
besos, al altillo de tus huesos… cuando te vea aparecer por la alacena de las
dudas.
Llegará
un día en el que el espejo trace ante mí latidos de mar, tardes de paseos, aplausos
y agobios de pregones… y yo sólo vea el reflejo de un simple hombre de barro,
cansado de respirar y de perseguir el sueño de ser feliz a tu lado.
Llegará
un día en el que mis alas dejen de revolotear por la cárcel de tu cintura, deje
de susurrarte al oído estribillos de sal, deje de pintarte coloretes de
comparsas… dejando mis pies anclados a ti, el escenario que me da la vida al
descender sobre mí el telón de tus te quieros.
Llegará
un día en el que las despedidas no sean amargas, en el que las batallas que hoy
batallo serán vencidas y en el que juntos clavaremos la rodilla en la tierra de
los que hoy vierten veneno sobre nosotros.
Llegará
un día en el que brindaremos por lo vivido, por lo amado, por lo sufrido…
Llegará
un día en el que sin decir nada, mis despojos sean tuyos, mi sangre sea la
tuya, mi hogar al fin tu hogar.
Llegará
un día en el que cierre los ojos, y en el último soplo de luz que mis pulmones
reciban, gritaré tu nombre para envolverme de ti bajo mi tumba.
Llegará
un día…
Pero
mientras ese día se dibuja en el horizonte, préstame tu mano que tengo una vida
entera que vivir a tu lado.
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