Era cuestión de tiempo que despertará, y lo está haciendo destilando de sus botas clase y elegancia.
Fino. Decisivo. Y con la sonrisa de jugón en su rostro, verle es una delicia cada vez que encara hacia la portería rival, o cada vez que se relaciona con sus compañeros, o cada vez que festeja algún gol.
Tiene estrella. Y el mundo del fútbol lo sabe.
Como les decía, era cuestión de tiempo que empezara a jugar como él sabe hacerlo porque el talento de este jugador está fuera de toda duda, sobre todo cuando conduce la pelota por la banda izquierda, a pierna cambiada, acelerando como un potro desbocado, y frenando como el que se detiene ante una rosa para aspirar su olor.
Mbappé es así, y así es Mbappé.
Disfrutémoslo porque jugadores así salen muy pocas veces y son de ese tipo de jugadores por los que merece pagar una entrada de fútbol.
Kilian Mbappé…. Tremendo jugador
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