Ir al contenido principal

Entradas

Pan de Vida

  Dicen los entendidos que tomar pan en exceso engorda. Dicen los entendidos que beber en demasía hace que la sed pierda sentido en nuestro cuerpo. Dicen los entendidos que hay duelos que son eternos cuando los enhebra el amor de una Madre . Lo que no saben esos entendidos es que cuando el Lunes Santo llama a nuestras puertas, la ciudad asiste a la Cena más importante de nuestra historia, esa en la que  las hogazas de pan son espigas de la Sangre de Dios . Y en esa cena, el vino que se bebe está maridado con los ojos de la Virgen del Amparo y los vientos de la zona sur que hoy secaran lágrimas por la collación del barrio San Miguel para que el Cristo de la Sed se asome por sus azoteas. Y el duelo más negro de la ciudad será el mantel de ese alimento que nos nutre el alma, porque las manos de Amor y Sacrifcio lo tatuaron con su corazón para llorar entre espasmos,  eternamente. Lunes Santo … el día en el que la Paz de Fátima se reencuentra con su gente, c...

La Primavera

  Y cuando más la necesitábamos, surgió por la campiña del sur la Primavera para pintarse coloretes de nervios y ver cómo entra el Hijo del Cielo en nuestra ciudad y así remendarle, a su manera, todas las llagas de su piel. Hoy el día se estrena en el calendario, y se abrocha el nudo de las corbatas, los zapatos a estrenar ya están perfumados y las palmas bendecidas cuelgan de balcones y solapas. La Estrella de San José irá pespunteando hosanas… La Reina de la Albarizuela irá cosiendo con las espinas de su Hijo una corona de gritos. Y el Señor de Pasión hará que la distancia entre las nubes del horizonte y la Catedral se acorte en cada racheo y con cada rezo. La Ermita de Guía se quedará a solas por unas horas y en silencio mientras los ladrones y el Mesías arroyan con sus perdones las bambalinas perpetuas del Socorro de María. La Virgen más guapa de Jerez intentará consolar con sus ojos ese moratón que el Señor tiene en su rostro para que siga velando mirada...

Una Entrega ante la Esperanza

  Al llegar la tarde, se rompió el azahar al ver al incienso besarle las mejillas. Al llegar la tarde, el Sábado Santo llegó a Jerez para que la ciudad volviera a sonreír como sólo lo hace ella cuando la primavera le pide la venia. Y fueron los cofrades de Guadalcacín los que arrancaron con su valentía la hoja del calendario de la espera, siendo una vez titanes con rumbo fijo y garantes de una fe que se desborda y que no entiende de lejanías cuando Dios quiere susurrar su evangelio entre nazarenos e izquierdos. Lo de esta cofradía atravesando lo imposible es para sentirse orgulloso, es para acercarse a ellos por si en algún momento necesitan algo, es para darle las gracias una y mil veces por llegar con sus hechuras de gente sencilla a poner una pica de su esencia en el corazón mismo de nuestras fronteras. El Señor de la Entrega conquistó una vez más al aire, a las sombras y a las miradas de la tarde, para que cuando llegara la noche se la robara a la luna y que ésta no tuv...

No Quiero…

  No quiero que me sanes, no necesito eso… No quiero que te escapes;  eres libre,  puedes irte  cuando no sientas  arder tu pecho  al ver mi nombre  en tus labios  y masticar, uno a uno  mis ilusionados nervios. No quiero que sufras. No quiero que llores. No quiero que pierdas esa sonrisa  que hace que la mía se curvee  entre sueños. No quiero descontar los días para desnudarte. No quiero te roce ni las esquirlas del aire. No quiero que dejes de ser tú  para que la vida se siga  enamorando de ti. No quiero ser de nadie. No quiero conjugar latidos sin ti. No quiero irme de este valle de amaneceres  sin tu mirada  cosida a la mía. No quiero echarte de menos. No quiero buscarte por caminos y senderos. No quiero extrañarte en cada guiño de los segunderos. - Entonces, dime… ¿qué quieres? - Solo quererte… y que tú me quieras. DOREMIVersaleando…

Un ratito a tu lado

      Sobre las ocho de la tarde, una leve lluvia besaba los tejados de la ciudad y dejaba un leve manto de agua sobre los adoquines del entorno de San Miguel. A esa hora, Tú estabas mirando las crucerías del templo que por estos meses te anda cobijando, mientras la Virgen de la Encarnación te besaba las heridas de tu espalda. La luz, apagada para no molestarte, sabía que en breves instantes cruzarías con tus silencios murallas de plegarias. El incienso, con su jugueteo de espuma, buscaba de manera desesperada perderse por tu cintura.  Y las miradas, oteando tu cuerpo aun con vida, brillaban como sólo brillan los ojos cuando uno sabe que un regalo va a ser desenvuelto. Creo que este era tu momento.  Tu ratito de la cuaresma. Tu Vía Crucis remarcado en rojo. Creo que, a tu forma, me dijiste que fuera a verte. Que levantara la cabeza.  Que me orillara para no hacer ruido. Y nada más posarte sobre los hombros de tus hombres sin costal, los dos nos miramos....

Maldini

       Cuando la mayoría de los delanteros coinciden en afirmar que el defensa más complicado al que se han enfrentado cuando jugaban en la élite fue Maldini , por algo sería. Serio. Correcto. Limpio. Llevaba el fútbol en las venas y en sus ojos claros se vislumbraba la belleza de un deporte que él lo elevó a una excelencia desde la zona de la defensa.  Hizo del marcaje al hombre un arte, pues casi nadie se podía escapar de su marca, y del marcaje en zona una temeridad, puesto que siempre llegaba, siempre cortaba la pelota, siempre estaba ahí, sin saber muy bien cómo llegaba a estarlo. Dominó la banda izquierda de arriba a abajo como pocos lo hicieron, y era el típico jugador que hasta las manchas de barro le sentaban bien. Maldini fue un jugador de leyenda, de esos que tuve la suerte de ver y que siempre quise que estuviera en mi equipo, porque con él en el campo, un equipo era un equipo. Capitano , que suerte tuve al verte jugar.

Miércoles de Ceniza

  Ve preparando el camino  para que tu alma respire  y por la piel, se transpire  un aroma peregrino  y que el fin a tu destino  sea una cruz de bonanza  que comienza en la templanza  de un Miércoles de Ceniza   y que siempre cristaliza  en la luz de la Esperanza .