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Anclarme a Tu nombre..

  Hace unos días le susurré a alguien que te hablara de mí; y como supongo que de sus labios esa plegaria no te ha llegado, hoy he ido a verte.   Antes de la hora del Ángelus. Apoyado en el hombro de un buen amigo. Mirándote sin poder mirarte. Rondándote la cintura para no despertarte. Evitando molestar lo menos posible, como siempre ha sucedido entre  Tu  y yo.    Pero… ¿sabes una cosa?   Necesito anclarme a Tu nombre..   Justo ahora que los vencejos del olvido van preparándose para un festejo de noches sin sonrisas de fondo.   Justo ahora que hay piedras en mi camino que son un grito de dolor, un espejo de mi cuerpo, una raya en el agua; ya no se que hacer para esquivarlas.   Justo ahora que la soledad es la dama que me espera a los pies de mi cama… para deshacerla al llegar la madrugada.   Necesito anclarme a Tu nombre Esperanza..   Y entrever lo bueno que hay en mí. Aquello que merece la pena. Lo que valgo. Lo que soy. Lo q...

Sánate Alberto..

       Sus últimas palabras fueron esas: sánate Alberto... sánate por ti.   En una despedida amarga. Pronunciadas por unos labios que esa noche no fueron besados. Con los ojos ausentes. Dolidos. Llenos de desconfianzas.    Y se marchó así. Sin mirar atrás. Sin remordimientos. Sin una lágrima por el retrovisor de su coche por secar.    Sánate Alberto… Por ti…   Y en ello estoy.   Sanándome, por mi. Sólo por mi. Poniéndome bien para mi. Rebuscándome para ser feliz conmigo mismo. Perdonándome de una puñetera vez y dejando que la vida ponga las piezas de mis días en su sitio.   Sanándome, por mi. Para no forzar nada. No hacer más daño. No confiar al aire más promesas de fechas incumplidas.      Sanándome, por mi. Y teniendo claro que no apareceré mientras en los bolsillos tenga errores, miedos y cicatrices de incienso.   Sánate Alberto…   Sin desfallecer. Sin saber cómo. Sin saber cuánto vas a tardar. ...

Cuando Tú eres el regalo..

  Pequeño Capitán, déjame que te escriba estas palabras el día que cumples 2 añitos para que sepas que en este tiempo… Tú has marcado los tiempos.. Tú escribes y reescribes la palabra felicidad cuando sonríes.. Tú sigues siendo el faro que ilumina mis días.. Pequeño Capitán.. 2 añitos desde que te sostuve entre mis brazos por primera vez. 2 añitos rescatándome a diario, con un beso, un abrazo, o una lagrima muda. 2 añitos caminando a mi lado, marcándome el camino. Pequeño Capitán.. Qué fácil resulta la vida cuando  Tú  eres el regalo. Felicidades mi enano… Te Quiero……      

Esta vez..

Esta vez voy hablarte sin mirarte a los ojos, desde el silencio del que no tiene nada que perder, y mucho que decirte.   Quizás te suene lejana mi voz.   Quizás te extrañe que mis pupilas no se reflejen en  Ti .   Quizás me hayas echado de menos estos días, agazapado en una sombra de la entrada de nuestra casa, como tantas veces hice, como tantas veces repetí.   Pero por ahora, es mejor así.   Guardando las distancias y las palabras.   Dejando el olvido en un arado de miradas.   Acallando latidos.   Esos que resuenan a  Ti  cuando -simplemente- te miro, como si fuese ese niño que siempre he querido ser y que se sabe protegido entre tus brazos infinitos de  Madre.   Tranquila, que siguen siendo tuyos, desde el primero hasta el último, porque se tejieron sobre mi piel con la aguja de tus suspiros aquel día que ambos nos dimos el si quiero.   ¿Recuerdas ese guiño?   Yo lo recuerdo y se me eriza la memoria, y salgo a...

Me ha dicho Arancha..

  Me ha dicho Arancha con rencor…  que no te perdona,  querido Juan , que te marcharas como te marchaste al otro lado del cielo… y que dejaras a Cádiz como la dejaste aquel día de mayo, con los veranos atragantados y con el carnaval vestido de luto.    Si  Juan , de luto..   Con la mano levantada, pero de luto.   Con las cejillas susurrando nuevos estribillos, pero de luto.   Y con el levante desorientado por culpa de ese maldito luto que lleva tu nombre y tus apellidos; desde ese día, ya no le levanta la falda ni a  Arancha ni a nadie.     Arancha , la misma que tiene un hermano que es canela en rama.   Arancha , la misma que prefería el atractivo cultural de Sevilla o de Madrid.   Arancha , la misma que con el paso del tiempo se enamoró de tu pluma  Juan , de tu valentía, de tu música,… y de tu forma de clavarle el colmillo ensangrentado al mundo, a veces diciendo de todo… a veces sin tener que decir nada....

Esos ojos suyos..

  El mes de julio alberga en sus costuras una mirada sonrojada que no abrasa, ni quema, ni  morenea  la piel, … sino que más bien calma con una brisa de mar la inquietud afónica de nuestras tempestades.   Su dueña caligrafía su nombre sobre la orilla de nuestras lejanas playas como  Carmen,  y todos alguna vez la hemos visto pasar sin hacer ruido entre los aledaños de nuestros rezos.   Sabemos de  Ella  todo lo que  Ella  quiere que sepamos, sin caer en la cuenta que, tras esos ojos se esconden los desgarros de una madre que calla, que musita abrazos, que eternamente espera que vayamos a verla al tornear la misma esquina de siempre, esa que cada uno de nosotros lleva guardada como una promesa de aceite en algún andén deshabitado de los silencios.   Cuando  Ella  baja de su camarín de ángeles para clavarnos sus pupilas en el fondo latente de esos latidos sin eco que los años va tachando del calendario de nuestras vidas...

Carretera y Manta..

  Abril le pidió prestado dos coloretes al mes más pequeño del calendario para endulzarse de coplas el alma, y una comparsa de Cádiz hizo el resto.   Fue la de David Carapapa, ese ángel viñero, ese duende  colorao , ese gato callejero que hilvana carnaval cuando te mira, cuando te habla, cuando te dice las cosas bajo el compás del 3x4.   Y se hizo realidad cuando la luna se puso su pijama de primavera y despertó a los duendes y a la magia del teatro. Cumpliéndose un sueño. Saldando una deuda chirigotera con ese telón rojo que tanto ansiaba sentir el beso de los que nunca se han ido. De los que una vez más vuelven. De los que siempre tienen cosas que decir.   En  escena , el Falla siendo un espejo del propio Falla para desanclarse la voz en forma de crítica, de ironía, de estribillo y cuartetas que nacieron mientras se aplaudía desde los balcones y la vida se tomaba un respiro para decirnos tantas cosas que, si no fuera por el dolor y por el  CARNAVAL ,...