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Entradas

Carretera y Manta..

  Abril le pidió prestado dos coloretes al mes más pequeño del calendario para endulzarse de coplas el alma, y una comparsa de Cádiz hizo el resto.   Fue la de David Carapapa, ese ángel viñero, ese duende  colorao , ese gato callejero que hilvana carnaval cuando te mira, cuando te habla, cuando te dice las cosas bajo el compás del 3x4.   Y se hizo realidad cuando la luna se puso su pijama de primavera y despertó a los duendes y a la magia del teatro. Cumpliéndose un sueño. Saldando una deuda chirigotera con ese telón rojo que tanto ansiaba sentir el beso de los que nunca se han ido. De los que una vez más vuelven. De los que siempre tienen cosas que decir.   En  escena , el Falla siendo un espejo del propio Falla para desanclarse la voz en forma de crítica, de ironía, de estribillo y cuartetas que nacieron mientras se aplaudía desde los balcones y la vida se tomaba un respiro para decirnos tantas cosas que, si no fuera por el dolor y por el  CARNAVAL ,...

Me quedo Contigo..

  Por un pasillo del olvido acaba de irse la Semana Santa de este año 2021, y nada de lo vivido ha sido igual tras cuarenta primaveras.   Y con eso me quedo. Con lo que he sentido. Con lo que he visto. Con lo que he podido contar a través de mi voz y de mis ojos. Porque  Dios  ha estado ahí. Cerquita de mí. Expuesto de la mejor forma posible en cada rincón, en cada altar, en cada cola de personas que esperaban a verlo para desnudarse la mirada.   Y porque su  Madre  nos ha esperanzado en estos días grandes y nos ha secado las lagrimas de las cuencas de la espera con el pañuelo de su templanza, su amor y su paciencia.    Y no busquen más allá porque eso es lo único importante.   A la ciudad le ha faltado nazarenos, bullas, inciensos… pero se ha impregnado de  Él . Se ha vuelto a enamorar de  Ella . Y lo ha hecho cuando más falta le hacía y cuando nos hacía más falta.   No se queden con lo banal de lo sucedido, y mírense el ...

Por eso escribo..

            Escribo  porque es la única forma que tengo de ahuyentar a mis miedos. De salir airoso del tedio que aprisiona mis huellas. De mirar al horizonte con calma poética.   Escribo porque al escribir, siento la libertad corretear entre mis dedos, como cuando remojo mis pies en la orilla de cualquier mar o beso tu espalda mientras gimes mi nombre.   Escribo para dejar un legado. Para que conozcan los pasadizos de mi alma. Para que se sepa qué escondo detrás de mis silencios.   Escribo para que  mi hijo  sepa quien soy; algún día, cuando él resiga mis palabras, sabré que todo esfuerzo mereció la pena al verlo leer.     Escribo porque así hago las paces con el mundo y el mundo me deja vivir en paz.    Escribo porque es la forma que tengo de rezarle a  Dios . Cada vez que me enfrento a un romance o a una décima con sabor a cuaresma, ahí está Él,  prendío  a mis torpes ecos.   ...

La Levitación..

  Que  Sevilla  tiene una pátina de historia en cada una de las revueltas de sus calles es tan evidente como que la luz de sol que la baña al mediodía sólo puede estar enjugada en la paleta de un Dios que hizo de ese rincón un lugar para quedarse a vivir a la hora del ángelus.   Todo el que la visita sabe que sostenerle la mirada es un duelo de silencios.   Todo aquel que ante  Ella  guarda silencio, sabe que tarde o temprano volverá a pisotear sus sombras.   Y esas sombras, y esos silencios, y esas miradas es lo que  Guillermo Sánchez  ha barnizado en este lienzo de libro llamado  “La Levitación”,  enseñándonos cómo era la vida en la Sevilla del siglo XVII.   Es una lectura reposada. Un aprendizaje continuo. Un sabor dulce el que se te queda en los labios cada vez que saboreas una conversación, asistes a una anécdota o revives las aventuras y desventuras que padecen sus protagonistas.   Si te adentras en sus paginas,...

Pequeño Capitán..

  Hoy  mi hijo Jesús  cumple su primer año de vida.    Un año justo desde que le vi la carita, lo escuché llorar por primera vez para agarrarse a la vida y un año se cumple ya de la foto de mi perfil donde -entre lágrimas- le susurré el trocito de un pasodoble de  Carnaval.   Doce meses, con sus doce lunas jalando él de mí, salvándome cada atardecer sin apenas hablar, sólo con sus manitas, sólo con sus enormes ojos y sólo con su sonora sonrisa que es el eco que detienen mis pasos para poder respirar.   He disfrutado y disfruto de él.  He crecido y crezco junto a él.  He vuelto a sentir al  Peter Pan  que llevo dentro junto a él.    Y ahora que has soplado la velita de tu primera tarta, déjame que te arrope los sueños para decirte que jamás me iré de tu lado.   Pequeño Capitán , tengo que enseñarte a golpear a una pelota, a hacer izquierdos en la orilla de la playa, a ver a Dios en los reflejos de una  candel...

San Miguel..

          La otra tarde vi atardecer sentado en un escalón de la plaza de  San Miguel , bajo el refugio de piedra que el arcángel tiene en nuestra ciudad, y desde el que divisa soleras, abolengos y albarizas. Al sol le costó soltarle la mano a la tarde. La luna se asomaba impaciente por el visillo de la noche. La última brisa del verano desplazaba nubes con suspiros esbozados.  Y allí, ante sus azulejos, sus arbotantes y sus turistas, con el silencio cabalgando por mis ideas, me sentí de nuevo preso de esa iglesia a la que todos los días del año le guiño un ojo. Me gusta su planta. Sus hechuras. Y si anduviera, hasta sus andares. Me gusta cómo, sin levantar la voz, es el epicentro del  skyline  jerezano que uno observa cuando arriba a  Jerez  procedente de la bahía.  Me gusta todo de  Ella…  porque  Ella  nació para ser gustada. Es una dama silente que otea nuestras fronteras y remienda -a su manera- la...

Amistad..

  Dicen que los verdaderos amigos, los que siempre están ahí, los que nunca te dejan a solas se cuentan con los dedos de una mano. Pues en mi caso, me faltan manos para contar los amigos que tengo. Y es que tengo un grupo de personas cerquita de mí que saben cómo respiro, cómo son mis espacios, a que huelen mis lagrimas, … y son los culpables de escribir la palabra  Amistad cuando hablo con ellos. Porque  Amistad  de la verdadera es la respuesta que recibí de estos amigos cuando hace unos días les mandé un audio en el que, con la voz rota y envuelto en lágrimas, solté todo lo que llevaba dentro. Algunos me pusieron mensajes. Otros me calmaron con un audio. Otros me llamaron. Varios hicieron por verme. Cada uno a su manera y a su forma me tendieron su mano. Me prestaron sus oídos. Me acompañaron; y aún a día de hoy, me siguen alentando. Ellos saben quienes son porque en ese mensaje me abrí en canal, les pedí ayuda, les rogué consejo y hasta les perdí perdón por molest...