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La misma piedra..

Que el   ser humano   es el único animal de la naturaleza que tropieza dos veces con la misma piedra es un hecho demostrable, empírico y que está a la orden del día. Y si esta  piedra  con la que demuestra su torpeza y su ineptitud no es la misma, muy probablemente sea muy parecida.  Ejemplo de esto que hoy les hablo hay miles, pero me quedo con la reacción de muchos  “vecinos”  de esta bendita ciudad criticando y llevándose las manos a la cabeza por sus redes sociales ante los aficionados del  Cádiz  por celebrar éstos su ascenso a  Primera , … y horas después ellos mismos estaban jaleando a los cuatro  simpáticos  que andaban quemando rueda e hicieron de la zona sur su circuito de velocidad la otra noche. Claro, es que con el humo de los tubos escapes el  coronavirus  disminuye su poder de contagio.  Claro, es que esta tierra es especial. Siempre nos ha pasado y siempre nos pasará; y si los de allí hacen una, n...

Una huella especial..

      Como bien sabéis, el corazón es un músculo que se mueve a través de los latidos, y los latidos que envuelven desde el día que nació el corazón de mi compañera de profesión  Rocío Peña   le hacen ser   una persona especial , de esas que dejan huella cuando se van, de esas que al irse dejan remarcado en el sendero de la vida un reguero de   huellas . Y todas y cada una de esas  huellas  han sido, son y seguirán siendo  especiales al llevar su nombre, y al estar repletas de sonrisas, de lagrimas, de sinceridad… De responsabilidad, de carácter, de empatía... De confianza, de entrega, de cercanía… Así son sus  huellas …  y así es ella … Un autentico regalo que el  Claustro del Colegio Jesús-María  ha podido disfrutar desde que aceptó ser su  Directora de Secundaría y Bachillerato , y que jamás podrá agradecerle con palabras la huella que ha dejado en nosotros y en la historia de nuestro colegio.  Aun así, p...

Campeones, ¡¡mil GRACIAS!!

           Como muchos de ustedes saben, soy  maestro escuela  por vocación. Y a pesar del estado de alarma, y de haber estado alejado varios meses de la escuela y de mis alumnos, les he seguido enseñando. Y lo he hecho a través de pequeños videos que cada semana fuí subiendo a mi propio canal de  YouTube , con la única pretensión de que mis pupilos movieran sus esqueletos y que de vez en cuando se acordarán de su profesor de  Psicomotricidad. Con la perspectiva que da el tiempo, pudiera parecer fácil y cómodo lo que hice, pero créanme que no lo fue por varios motivos. El  primero , me da pavor ponerme delante de una cámara; lo mío siempre fue la radio y juntar palabras al caer la noche. Segundo , porque no sabía si esa forma de enseñar podría gustar, molestar o pasar desapercibida. Y  tercero , porque mi zona de confort era tan grande que me acostumbré a vivir en ella sin ni siquiera molestarme en abrir las ventanas. Pero con ...

Grita..

Grita cuando tengas miedo. Cuando sientas que la vida no vale nada. Cuando veas que un grito es la única forma de liberarte. Soltar amarras. Y liberar a tu piel.   Grita y deja que tu voz te rompa y desgarre en mil pedazos los resquicios del silencio. Grita hasta quedarte afónico. Grita con tanta fuerza que hasta el eco que llevas alojado en tu interior sonría de complicidad cuando lo hagas.   Grítale a la luna cuando la veas aparecer por tu ventana.   Grítale a las calles cuando las recorras de esquina a esquina.   Grítale al mundo cuando el mundo te de la espalda.   Sabes hacerlo. Desde pequeño lo llevas haciendo. No lo has olvidado. Así que…   Grita. Date el gusto. Coge aire. Abre los brazos. Cuenta hasta cinco, diez. Y expúlsalo con tanta fuerza que te duela el alma y los sentidos al hacerlo. Reponte del esfuerzo. Y vuelve a la carga antes de que el tiempo se reponga del susto.   A veces, un gesto tan sencillo como gritar puede ahuyentar a tus demo...

Mi Dios..

El  Dios  al que yo rezo cada noche no tiene rostro. Ni siquiera tiene piel. Y ni mucho menos desprende aromas. Pero su sombra cobija todos mis latidos desde antes que mi corazón empezara a latir. Él  sabe de mi todo lo que yo no se de mi mismo. Sé que existe porque existo yo, con mis bolsillos llenitos de moratones y estos ojos verdes que  Él  me regaló hilvanados con algunas luces remendadas por el atardecer. En nuestros diálogos a oscuras, yo le cuento, y  Él  me escucha. Yo me enredo entre silencios de alcoba, y  Él  me desenreda los suspiros en ventanales de esperanzas. Yo me callo, y  Él  me habla. Sin levantar la voz. Con las  Palabras  escogidas. Con las señales pintadas en el aire que a los dos nos separa… o a los dos nos une… depende del día, del momento, del rezo. Siempre lo he sentido galopar por mis miedos, esos que anidan en la boca del estomago cuando el hambre grita sus temores...

Escribir..

Tras dejar que la lluvia empapara los cristales y las bocacalles comenzaran a oler a tierra mojada, el pequeño aprendiz de escribano se sentó frente al folio blanco. De fondo, el tictac de un reloj jugueteaba con el silencio. -        Llevo observándote un buen rato -dijo el maestro -, y apenas has garabateado una palabra. El aprendiz de escribano levantó la cabeza, clavó sus ojos en los del maestro , y a duras penas contestó. -        No tengo nada que contar. Que describir. Que relatar. Siento que he perdido magia. Que las palabras me han abandonado. Que no merece la pena juntar palabras para que nadie las lea. Que quizás va siendo hora de cerrar el tintero de los sueños… El maestro , mesándose la barbilla, dejó que el aprendiz terminara su relato. Se levantó de su viejo sillón orejero. Se acercó hasta la ventana. Prendió sus manos tras su espalda. Y de manera pausada, dijo. -    ...

La Calle..

No tengo dudas de que el ser humano necesita la calle para vivir, para ser, para estar. Nos hemos criado en ella y en ella hemos forjado parte de lo que hoy somos, fuimos y seremos. Pero desde hace unos días, tengo miedo de todo aquello que la calle en sí misma alberga. No entro en valorar si los que sacuden impotencias, banderas o cacerolas son de derecha, de izquierda o indignados marca  hacendado . Me da exactamente igual sus votos y sus ideologías. Sólo escribo lo que pienso, y lo que pienso es que me parece patético manifestarse así y saltarse por el arco del triunfo todas las recomendaciones de civismo y sentido común.   Pero tengo miedo. Miedo a que todo el esfuerzo que la mayoría hemos hecho en estos meses haya sido en balde. Miedo a que estos comportamientos se traduzcan en nuevas muertes, nuevas medidas de confinamiento y en nuevas represalias en forma de impuestos; porque no se engañen, esta pandemia la pagaremos de nuestros bolsillos. Y teng...