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De cenizas soy...

Mi piel, mi sangre, mis alientos.. Mi voz, mis gemidos, mis tormentos.. Mis noches, mis miedos, mis lamentos.. Todo lo que me envuelve, lo que me aprisiona, lo que jala de mi vida cuando mi vida apenas puede rastrear huellas está compuesto de cenizas. De esas cenizas grises de las que yo provengo; de esas cenizas negras a las que algún día volveré; de esas cenizas verdes que marcan y remarcan el diapasón de mis latidos. Y una vez al año, un miércoles al año, un instante efímero al año, esas cenizas se hacen presente sobre mi frente para que mi conciencia se despierte del sueño mortal de respirar. De ceniza soy… Y a ellas volveré cuando mis ojos se agoten. Cuando mis palabras sean un eco de recuerdos. Cuando todo esté acabado bajo el eco del sol y comience a sonreír en torno al brillo de un cielo aún por dibujar. Y entonces, silabearé el credo del Dios del que me alimento tras cada amanecer. Y tal como vine, nada me llevaré de este miserable mundo. Y ...

El Carnaval sin Ti..

La pesadilla de tu ausencia ondea sin fuerzas en torno al mástil callado de tu guitarra, y febrero está deseando descolgarse del calendario para no seguir escuchando el eco de tu nombre.  El Carnaval y tu Chusma sabíamos que este maldito año primero después de tu partida sería duro. Que habría pellizcos en el teatro, si… pero que no han sido los mismos que aquellos que tú nos regalabas tras cada genialidad… esos susurros al aire con los que provocabas al más tonto para que tuviera que detenerse a pensar. Y es que nos hemos quedado huérfanos de las cicatrices con las que tú dejabas desarbolada a la gente, al poder, a la memoria;  nos han faltado esos versos canallas que se acogían en forma de ovación cerrada o de admirada envidia;  ya no hay ni habrá esas  borderias  que tu te permitías para que el puritano se escandalizara y tus peregrinos regresaran al barrio con una sonrisa de felicidad porque su autor le había dado ese veneno con el que...

Ustedes seguid...

Ustedes seguid yendo a trabajar en patinetes eléctricos. Voy a descojonarme cuando la obesidad os llame a la puerta de vuestras carnes, y en un par de años el colesterol esté por las nubes. Ustedes seguid llevándole la mochila a vuestros niños, o mejor, seguid comprándole esas mochilas de carros a vuestros vástagos, no vaya a ser que se hernien del trayecto que dista del coche a la puerta del colegio. Volviendo al maravillo mundo de la educación, ustedes seguid regalando móviles de más de 600 euros a niños de 10 años; seguid organizando sus fiestas de cumpleaños como si fueran bodas nupciales; seguid celebrando sus primeras comuniones olvidando al Dios reservado en el Sagrario; ustedes seguid pidiendo las tareas por el grupo de wasap de padres; … Ustedes seguid mirando para otro lado mientras etarras, sinvergüenzas y corruptos gestionan el país; si se me apareciera el genio de la lámpara de  Aladdin , mi primer deseo sería hacer una inmensa hoguera y dejaría caer en ...

Envenenado...

                  Todos los días del año consumo Carnaval. Ya sea para evadirme de mis problemas, para ir a comprar el pan o para que mi hijo se quede dormido.  Me gusta. No lo puedo remediar. Llámenme por ello  friki  o enfermo, pero es tanto lo que me da… Literariamente , es una fuente inagotable de talento. Musicalmente , es la banda sonora de mis penas. Creativamente , hay puestas en escenas que ya quisiera Hollywood. Ya lo dijo el poeta: el Carnaval es un  Arte Mayor para una chusma selecta ; yo añadiría que el Carnaval es la forma que tiene Cádiz de remendarse sus heridas, de sacudirse la arena de los zapatos, de escuchar a esa gente que sabe lo que es poner un puchero entre humedades y calichas. El Carnaval es la pluma de  Tino , la garra enamorada de  Remolino , el empaque del  Subiela, … ; es el regreso del  Sheriff , el soniquete de los  Molina , la ironía del  Bizc...

Y Tino volvió...

Cuando  Tino  dejó en una bambalina del Falla su reloj detenido por las emociones, el  Dios Momo  sabía que su regreso al templo de las coplas sería cuestión de tiempo. Un tiempo que se precipitó por el callejón de las ausencias, por aquella lanza que una noche él sintió cómo le quemaba la razón y por la falta de esos besos que -al consumirse en un adiós eterno- le hizo detenerse en los pasos de su infancia. Es lo que tiene el tiempo, aliados que susurran al oído de qué color son los coloretes que a uno le hace sentirse feliz; y  Tino  es feliz haciendo carnaval. Por eso ha regresado… Para sentirse feliz. A su manera, a su estilo, a su libertad.  Escribiendo lo que su guitarra y su voz hablaban bajito en el  lavaero  de sus tardes y en el  tic-tac  de sus silencios, sin más pretensión que desandar el sendero del adiós para regresar a Cádiz… su Cádiz. De ahí esa música de pasodoble, ese tipo abocetado so...

Si yo supiera...

Esperanza,  si yo supiera pintar… te pintaría como  Tú  y solo  Tú  te mereces, sin tener que recurrir a verte reflejada en el espejo de nadie, porque para eso eres la  Esperanza  de Jerez de la Frontera. Y es ahí precisamente donde radica  Tu  grandeza. En la personalidad que irradia tu aura. En el tesoro que guarda tu mirada. Y el horizonte que se dibuja cada vez que alguien te nombra, te busca, te suplica…   Y en el cartel que anuncia mi Semana Santa de este año, pues no te veo. La técnica utilizada será perfecta. La composición será de libro. Los colores serán los adecuados… Pero yo no te veo  matita de yerbabuena . Ni a tu barrio. Ni a tu gente. Ni veo lo que eres y lo que generas. En definitiva, no veo lo simple de tu Gloria… no sé dónde la han dejado; o en este caso, dibujado. Hace un año dije que el arte es subjetivo. Y sigo defendiendo este planteamiento. Pero el problema que tengo con este cartel r...

La Ilusión...

Siempre que llegaba la  Noche de Reyes , dejaba para el final el irse a descansar, mirando por las ventanas del tiempo cómo el frío se acurrucaba entre papeles de regalo. Sonreía al sortear el reguero de caramelos repartidos por el suelo. Comprobaba que los vasos de leche estaban preparados, y colocaba un par de servilletas junto al plato de galletas, por si acaso alguna túnica se manchaba. Sentía que su trabajo estaba llegando al final cuando buscaba la luna en la oscuridad de los horizontes y ésta dibujaba en el cielo un puñado de estrellas nerviosas, de esas que no paran quietan, de esas a las que les costaba conciliar el sueño. El sueño… ese caballo de batalla que todo el mundo intentaba dominar en la noche mas mágica del año.  Porque magia era lo que se respiraba en la  Noche de los Presentes.  Y lo hacía todo aquel que tenía un alma noble y que palpitaba a destiempo esperando a que el alba se despertara y la mirada se le volviera a desvestir con ar...