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El beso que no te dí.

La mañana sorprendió a la luna rebuscando entre las azoteas la silueta de esa marea que porfiaba con la dulzura. A lo lejos se le intuía impacientándose por dentro pues, apenas le quedaba tiempo al desvelarse un nuevo día. Los vientos que la envolvían con las nubes se conjugaron y el reflejo de su grandeza le mostraron a eso del mediodía. Al resignarse a su suerte solo pudo enarcar las cejas y asumir la condena añeja de no poder ir a verte. En un rincón de tu capilla depositó entre lágrimas de alegría el beso que siempre te prometía al separarse de ese rincón de Sevilla. Pero un niño que por allí correteaba se encaprichó de ese presente esfumándose ese regalo, de repente pues en sus manos se desgranaba. Sin darse cuenta de lo que hizo siguió jugueteando por Triana sin saber que una promesa expiraba y la luna -en silencio-, se deshizo. Al acercarme a prender mi plegaria en el talle de tu cintura, envidié la inocencia de esa criatura que ante tus plantas no temblaba. Pues asistí como por...

No tardes.

Antes de que la luz de tu sonrisa vuelva a iluminar la faz de nuestra tierra, déjame que me acerque hasta tu pequeño pesebre y desnude mis palabras envolviéndolas entre lagrimas. A los pies de tu pesebre encontrarás este grito susurrado para que lo escuches con calma, y tu decidas que hacer. Antes de irme he visto como a estas horas todos se están afanando para que se vuelva a producir el milagro de tenerte entre nosotros. Entre las telarañas he podido ver la felicidad que tu padre se guarda entre silencios de incertidumbre y serrín; he visto cómo una mula y un buey se remendaban para darte calor cuando sueltes los primeros suspiros; a lo lejos he visto cómo suenan una panderetas con ritmo de festejos, y entre los cristales sucios he visto cómo tu Madre se acerca a otear el futuro que te espera, y al mirarlo, se calla la pena y su mirada tiembla cuando siente como van a arrancarle la piel a tiras cuando te toque redimir los pecados de un Hombre que aun no conoces. Entre los resquicios ...

Si tu dejaras

Si tu dejaras la ventana entreabierta escalaría por ella para escuchar tus suspiros, desnudaría mi silencio al pie de tu casapuerta y a mi corazón le daríamos un respiro. Si tu dejaras que oteara tu horizonte hallarías en él la razón de mis desvelos, pues mis huellas persiguen la luz de tu norte y mis sombras orillean tus anhelos. Si tu dejaras que mi piel respirase por tu piel las quimeras se alimentarían sólo de tí, mis labios saciarían a media noche su sed y daría motivos a la vida para volver a reír. Si tu dejaras los recuerdos anclados a sonrisas emanarían de tus besos los sabores, al mediodía navegaríamos entre caricias y por mis brazos se escaparían los temores. Si tu dejaras que la locura rompiera la pasión que encierra tu cintura, envenenaría mi alma si pudiera y con mis manos me ataría a la luna. Si tu dejaras al borde de los sueños los deseos con que perfumas mis sábanas, rebuscaría esa fragancia por el Universo pagando, con mi sangre, en las aduanas. Si tu dejaras de respir...

A veces...

A veces necesito estar a solas para compartir con mi soledad la ausencia de tus besos. A veces busco en los silencios de mis sábanas la silueta que tu recuerdo garabateó sobre ellas. A veces intento imaginarme un mundo sin ti, pero sin ti mi mundo carecería de sentido. A veces, cuando Morfeo me vence, oigo el susurro de tu voz marcar el sendero de mis sueños. A veces dejo que el viento zarandee mi pecho, juegue con mi pelo, me lleve a donde él quiera llevarme, dejándole tiempo para que de esa forma rebusque entre las costuras de mis sombras el suave tiroteo de tu mirada. A veces, cuando me asomo al lienzo de mis días, la vida pinta nubes negras, volviendo a desatarse gotas de desconfianza, de tristeza, de impotencia, de desazón, de ira, de angustia… pero es entonces cuando veo tu sonrisa abrirse sobre mí como un paraguas protegiéndome de todas ellas. A veces siento que el único lugar del mundo donde puedo refugiarme para tomar aire es el momento qu...

La espera llega a su fin.

Hace un par de meses mi madre nos confesó que le gustaría despedirse en persona de Nuestra Madre y Señora del Traspaso antes de que se la llevaran de nuevo para que pudieran afrontar la segunda parte de su restauración. Tenía algunas cosas que contarle. Una vez elegido el día y aparcado el coche, nos dirigimos hacia la capilla y esa tarde noté que su andar presentaba un ritmo mas animado y risueño que el de costumbre, y pensé –equivocadamente-, que tendría prisas por ir a verla y volver temprano a la rutina de su casa. Al llegar a la puerta de la capilla, fue la primera en darse cuenta de que nuestra Virgen no aguardaba su marcha en el altar principal, y sin que nadie le dijera nada intuyó que el lugar que ocuparía en esos momentos sería uno alejado de focos y de miradas curiosas. Una vez que se acercó hasta donde la Virgen reinaba, se topó de frente con una Madre despojada de alhajas, carente de corona o bordados y desprovista de maravillosas sayas, volviendo a desc...

Se desangra.

Lo llamé todo el fin de semana, pero no logré hablar con él. Desmoralizado tras la última llamada no respondida, decidí que me acercaría hasta su casa el lunes, aunque tuviese que desviarme de mi camino. A esas alturas eso era lo que menos me importaba. Solo quería saber cómo estaba, cómo se encontraba, cómo respiraba aquel corazón que dejé palpitando con dificultad sobre la baranda de su balcón, cuando el atardecer coqueteaba con las gaviotas, antes de marcharse a descansar. Después de pulsar repetidas veces el telefonillo, al fin me contestó. Por un momento dudé si esa voz que había escuchado era la de él, pero conocía bastante bien la coletilla con la que siempre saludaba. Una vez en el portal y mientras esperaba al ascensor, seguía pensando en esa voz que había escuchado segundos antes. Sabía que era la de él, sí, pero estaba rajada, descosida, alguien había agrietado esas cuerdas vocales con cuchillas afiladas de dolor y desamparo. No tuve necesidad de ver al dueño de esa voz p...

POR CALLE JUSTICIA

VEO PASAR TU SUFRIMIENTO ACOMPASADO EN UNA PLAZA CUYAS PALMERAS SE AHOGAN PUES ELLAS SABEN, MEJOR QUE NADIE, QUE EN UNAS HORAS SERÁ TU CUERPO INERTE EL TRASLADADO. TE ACERCAS AL BORDE DE MI MEMORIA Y SIENTO TU ESCARNIO GALOPAR SOBRE MI PECHO; ¿QUIÉN PUDIERA, A ESTAS ALTURAS, DETENER EL TIEMPO Y EVITAR ASÍ EL DESTINO DE NUESTRA HISTORIA? PERO AMPARÁNDOME EN QUE SÓLO SOY LO QUE SOY DE BRAZOS ME CRUZO CUANDO TÚ CRUZAS LA CALLE , COMO TANTA VECES HAGO, PUES A DIA DE HOY, SIGO SIENDO EL MISMO COBARDE, QUE SE PIERDE EN LOS DETALLES. Y ASÍ TE VEO CAMINAR, RESIGNADO ASUMIENDO UN FINAL QUE A OTROS, APRISIONAN. CONTROLANDO LA ESPERA , CALMADO SABEDOR QUE PRONTO PASARÁ TU HORA. UNA HORA EN LA QUE TODO SE HABRÁ CONSUMADO VOLVIENDO A RELUCIR LA SINRAZON DEL HOMBRE PUES EL MISMO QUE ACLAMÓ AL MESIAS ESPERADO HOY PREPARA SU MUERTE, RODEÁNDOLA DE REPROCHES. LOS MISMOS QUE ENTONAMOS Y SACAMOS A RELUCIR CUANDO NUESTROS RUEGOS...