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Mostrando entradas de 2024

Te miro

  Te miro sin que te des cuenta  y al verte,  tus ojos acarician mis sentidos,  tu nombre vuelve a provocarme escalofríos  y tu boca,   tu boca sigue siendo un manantial de suspiros perdidos. Te miro  y en ti veo un oasis de sueños vividos. Te miro  y me sonrío  por mis adentros y por mis afueras,  por mis costuras y por mis latidos  y sin saber cómo,  vuelves a calmar la sed,  de este juglar,  de este peregrino  que sabe que en tus caderas  anidan mis pasos y mis descuidos. Te miro  a media tarde  y al llegar la noche  -sin hacer ruido-  vuelvo a ser preso de ti  releyendo todos mis olvidos. Te miro  de reojo  y  sin mirarme  me tienes convencido. Te miro  sin descanso y en mis descansos  te miro  acunando este regalo  que es mirarte entre delirios  pausándose la vida   y cosiéndome este vicio  -a la piel, al alma y al juicio- q...

Sueño con que pase algo...

  Me he levantado temprano. La luna se va despidiendo de la noche. Mi reloj de pulsera aun duerme. Y de fondo, entre el café y estas letras, suena tu Vanesa.   Ya tengo asumido que en esta vida nuestros labios no se van a derretir el uno en el otro, pero me resisto a callarme lo que tu sonrisa me provoca.   Y es que esa curva dice tanto, y calla tanto…   Se que no te busqué, pierdo el pulso con cada mensaje tuyo, te imagino de mil maneras posibles rondando por mi cintura….   Y aquí ando, desnudando con magia y suspiros palabras, haciéndole un hueco a los nervios, imaginando lo que pudiera pasar entre tu y yo…    Por ahora, me conformo con que me leas.   Y con que me leas, me conformo por ahora.   Hace tiempo te dije que nunca dejé de escribirte.   Aquí tienes la primera carta.   Un beso.

Hablar de la Esperanza

        Sueles aparecer por mis labios cuando los hilos de la vida se deshilan, cuando todo está perdido o cuando necesito que el cielo me guiñe sosiego entre nubes de algodón.    Te evoco, surgiendo tu nombre de la nada, y lo llenas todo. Lo iluminas todo. Lo acaparas todo.   Como un faro encendido en mitad de una tempestad.   Como un sorbo de agua calmando la sed.   Como un estribillo de paz cuando febrero se desquita sus penas con coloretes.   Hablar de ti,  Esperanza , es rebuscar en el pasadizo más siniestro de mi corazón para que con la antorcha de tus ojos, ilumines cada centímetro de mí.   Hablar de ti,  Esperanza , es sentarse a ver las orillas del mar de tus tiempos, esos que son perfectos, pues en ellos residen  Dios  y su grandeza.   Hablar de ti,  Esperanza , es detener los latidos, apurar lo sueños, atravesar la línea enemiga del desasosiego y respirar… sólo respirar.   Porque tu nomb...

Fe en mí

  Son las dos de la madrugada. Me he vuelto a despertar entre lágrimas y sudores, y es la sexta vez en el día que me digo que esto tiene que acabar.     Y es que yo creía que durmiendo era libre, pero tengo una herida con su nombre en el alma que se cuela por mis adentros cuando menos me la espero y no me deja soñar.    Durante mucho tiempo la he dejado al aire, pero hay días que la palpo con los recuerdos, y ahora necesito que se cierre, porque necesito volver a respirar.   Es una historia que ya pasó.    En la que me equivoqué.    En la que pedí perdón.   Y con la que asumo la derrota más triste de mi asumida existencia.    Pero hay un latido dentro de mi corazón que no se entera. Y de vez en cuando me grita, a sabiendas de que ese relato ya reposa en la repisa de los libros leídos.    Sólo me quedan las cenizas, los recuerdos y un puñado de rezos a escondidas porque no quiero molestarle al cielo con mis cosas ...

Vivir...

  Hoy que el día oscila entre lluvias y medias sonrisas, déjame que te cuente que, en el silencio de mis pensamientos, me vuelvo a dar cuenta que la   vida   se dibuja sobre un folio de esquinas quemadas.     No somos inmortales. Nos lo creemos, pero no lo somos.     Aceptamos el después como pago de los sueños.   Y vamos desgranando las horas como podemos, viviendo entre recuerdos, pensamientos y agobios de una cartera que mengua su fondo para poder comer, respirar, luchar.   La  vida  no es una frase de Instagram, ni una intención con música de fondo, ni doce propósitos desmenuzados por uvas de nochevieja.   La  vida  es lo que es.   A veces una alegría infinita. A veces una infinita putada.   Sobre todo, cuando ésta te atropella y te deja llorando en un rincón de tu casa.   Y a estas alturas de la película, sabes igual que yo de que va todo esto, puesto que llevas acumulados momentos buenos. Momentos...

El rincón de Juan

  Venía de vuelta en el tren la otra noche y me puse a escuchar, con los ojos cerrados, mis benditos carnavales gaditanos, pasando de Las Marujas a Los Templarios . Del último cuarteto del Gago a Los Aleluyas . De la dulzura de Dani Obregón cantando a la extraordinaria última actuación de Tamara Beardo en el Pay Pay. Pero fue llegar al final del popurrí de La Serenísima cuando un escalofrío negro recorrió mi mirada de arriba a abajo, sintiendo en el reflejo del cristal de mi vagón la pluma de ese indómito filósofo al que tanto echo de menos. Cuánto he aprendido de él y que bien le vendría al mundo ese colmillo afilado que de vez en cuando se gastaba el de La Laguna con la sana intención de hacer que el mundo abriera los ojos de una maldita vez y que viera el lodazal de mentiras y egoísmos que le estamos dejando a nuestros hijos.  Siempre lo admiré y lo admiraré por siempre. No escondí ni esconderé mi juancarlismo. Pero con el paso del tiempo me voy dando cuenta de q...

Espérame...

  Decir que no es una de las cosas que más trabajo me ha cost ado de este mundo, y hace unos días tuve que posponer una cita tras un atril allende la  Basílica de la Merced.   El  Hermano Mayor del Trasporte  me comprendió y meofreció su mano, anteponiendo a la persona antes que al  juntaletras , y desde entonces duermo más sosegado y sigo apretando los dientes con la ilusión de algún día recuperar ese tarro de las esencias que de vez en cuando cabalga sobre mis dedos.   No es mi momento.   No tengo nada que contar.   Me siento vacío y exhausto.   Pero sé que volveré a escribir romances y versos sobre los renglones derechos de  Dios .   Y cuando lo haga, las primeras palabras que rimaré conformarán una carta de amor hacia la  Madre de Dios  más dulce que navega por los cielos de  Jerez . La llaman de las  Misericordias , y en  Ella  se cobijan todos los susurros de las campiñas de este trocito del ...

La vida

  Recontando las cicatrices de mi alma, y a sabiendas que me queda poco para completar este camino que es la   vida , déjame que enumere que es la   vida   para mí.   En primer lugar, la  vida  es la vocecita inocente de mi niño; él me está enseñando a vaciar la mochila, a descontar el tiempo, a volver a mi infancia.   La  vida  es una pizarra en blanco que, con tizas de colores y con tizas oscuras, me ha ido enseñando a leer y a comprender los ojos de aquellos que me rodean.   La  vida  es el rescoldo que queda con el nombre de las personas que una vez formaron parte de mis días.   He perdido a mucha gente por mi soberbia, mi orgullo y mi inmadurez; aquí estoy por si algún día necesitáis algo de mí.   La  vida  es dolor… sobre todo ese dolor que se te queda en la piel y en la mirada cuando tienes que decirle adiós a una  madre  o un  padre .   Pero la  vida  también son at...

Si me agarro...

  Si me agarro a tu costado que el viento allí se desnude y que por siempre me ayude a vivir con lo prestado. Que, si te tengo trazado, en los labios de mi boca la sangre se vuelve loca y el mundo guarda sus penas entre  Aguas  de azucenas donde todo desemboca. Décima al Señor de la Salud de la Hermandad de San Rafael ( agosto 2024).  

¿Por qué eres del Nazareno?

El verano se presenta como la época mas propicia para descansar cuerpo y mente; nos abandonamos a los placeres ocultos que nos brinda una buena siesta, disfrutamos de días de sol y de playa, el despertador no existe y raro es el día en que, alrededor de una buena cervecita, no surge algún tema  cofradiero para comentar; que si la nueva   Carrera   Oficial , que si los horarios, que si las bandas, ...     Este año la cosa no tenía por qué ser distinta como otras veces, hasta que un amigo, mirándome a los ojos, me preguntó:   - Y tú, ¿por qué eres del  Nazareno ?   La pregunta me sobresaltó, pues nunca me imaginé que alguien me preguntara por algo tan personal para mí; dejé que el silencio hiciera acto de presencia, y mirándole a los ojos, le contesté:   - ¿Qué por qué soy del  Nazareno ? Te podría dar razones familiares, sociales... inclusive, te podría decir que, visto la túnica morada por tradición, pero no es así. Yo soy del  Naza...