Tenía que verte a solas, y escogí la tarde en la que perfumaste a Sevilla con tu mirada. Necesitaba de Ti , y Tú me permitiste aferrarme a tu cintura, esa que huele a canela y clavo, y que en los cielos perdidos de la primavera Alberto Gallardo sigue cuidando con su voz. Necesitaba de Ti , y despejé los miedos para verte pasear ante el rótulo de la calle Verónica , esa promesa que cumpliré cuando mis arrugas sean lo único que me quede por deshojar. Necesitaba de Ti , y en silencio te fui a buscar, con mi soledad, mis cicatrices y mis ilusiones atadas a un hatillo de momentos. Y ante Ti las manecillas se detuvieron. Y los dos nos comenzamos a desnudar, y a contar las heridas que ambos llevábamos en el alma. Pero en la segunda chicotá , la sonrisa nos delató, y dejamos en los bolsillos del querer las penas y nos contamos las alegrías a media voz. ...