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El encierro..

  Tras meses de silencio, una noche se pusieron en contacto. Quedaron a las cinco de la tarde del viernes próximo en la esquina de siempre. Pero esta vez, llevarían una maleta cada uno y pasarían el fin de semana en camas separadas.   El viaje de ida lo hicieron hablando de cosas triviales. Que si la comida. La última canción. La lluvia. Al llegar al destino, dejaron los móviles en la mesita de noche. En modo avión. Y se pusieron cómodos, tras acordar que cenarían temprano.   Tras tomar el postre, se miraron a los ojos a sabiendas de que el primer asalto había llegado. Pero no hablaron hasta pasados varios minutos. Ninguno se atrevía a romper el hielo. Los dos tenían mucho que decirse. Pero a veces el dolor se atraganta en los labios y no te deja respirar.   De allí saldrían o de la mano o separados para siempre. De ahí que ambos supieran que era su última oportunidad. Su último cartucho. Su último por qué.    Y de repente, las palabras, las excusas, las ra...

Sin palabras..

  Él  tiene el don de dejar que las palabras no suenen. Y lo hace de manera natural. Sencilla. Simple.   Uno quisiera contarle lo que le aprisiona al corazón, y al final, los latidos se liberan muy despacio, como gotas de una lluvia que ha dejado su impronta en los tejados de las casas al mayear la primavera.   Ante  Él , los ojos deambulan por su cuerpo. Las manos se vuelven inquietas. Los pensamientos corretean de dentro hacia afuera, como si fueran presos acercándose a la alambrada para verlo.   Pero por más que lo veas, siempre descubres algo nuevo. Distinto. Diferente.    Es  Dios  hecho madera. Sudor. Leyenda.    Es rezo acompasado por abrazos.   Es una promesa envuelta en unos labios lejanos que, al decirle adiós, le piden una oportunidad más para volver a verlo.   Y es que, cuando uno lo ve, los relojes del tiempo se apalancan. El aire se calla. Las sombras se alejan… Y tú te marchas de su casa con una sensaci...

Cuida de Él..

  Hoy que tu nombre resuena en todas las casas salesianas, permíteme que por mis labios sólo haya una plegaria, un ruego, una petición…  la de cuidar de mi niño.   Ya sabes cómo se llama. Y cómo te nombra. Y cómo va creciendo a la sombra de tu sonrisa.   Ya sabes cómo corretea por tu capilla. Y cómo te reza por las noches. Y lo orgulloso que se siente de su colegio, de sus compañeros, de su profesora.   Ya sabes de  Él  todo lo que tienes que saber. Y si no lo sabes, yo te lo cuento.   Jesús  es un niño con una mirada que te traspasa el alma. Es la inocencia de los juegos. Es el salto mortal durante la tarde.   Su mundo va creciendo y conformándose en torno a superhéroes, coches y tambores de Semana Santa.   Y no hay mejor regalo que verlo despertar cuando duermo a su lado. O ver cómo me quita la merienda. O ver cómo se esconde tras una cortina.   Me gusta cuando me enseña sus heridas de guerra, razón de que está viviendo lo qu...

La última vez que te ví..

  La última vez que te vi, solo te di las gracias.   Tú reinabas sobre el tiempo, habías bajado de tu camarín de rezos y los latidos en torno a Ti se iban acelerando como un fuego de colores.   Yo andaba triste, aferrado a un imposible y con el norte envuelto en miedos.   Pero jalaron de mí para poder conocerte.   Y al verte, volví a sentir lo que siempre siento cuando me detengo antes tus plantas:     Que eres Dios hecho madera.   Que eres llaga hecha promesa.   Que eres risa hecha primavera.     Que eres un abrazo de calma.   Que eres un manantial de agua.   Que eres sosiego para el alma.     Que en Ti se recrean todos los males del Universo.   Que en Ti comienza y acaba la vida.   Que ante Ti, el aire sigue siendo un simple preso.     Hoy he vuelto a verte, he vuelto a darte las gracias y a presentirte como el Hijo de un Cielo que sabe a Gloria de barro y sangre.   Hoy he estado ante T...

Tal como vino se fue..

  Tal como vino se fue dejando un cansancio de paz adoquines maquillados por ceras estampas en las retinas del ayer.   Tal como vino se fue y el sonido de unas bambalinas aun retumba entre el olvido y el recuerdo.   Tal como vino se fue y aún tengo en los labios el aroma de Dios endulzando mis tormentos.   Tal como vino se fue echando de menos a ese ayer que me desarboló por dentro.   Tal como vino se fue no tardes en llamarme no tardes en buscarme no tardes en aparecer..

Tres años sin Tí..

  Si alguien nos hubiera dicho alguna vez que nos llevaríamos tres años sin vernos, sin sentirnos, sin confesarnos nuestras cosas en medio de la calle  Higueras  o de recogida por  Molineros , los dos nos habríamos mirado de manera pausada y hubiéramos roto a carcajada limpia al doblar la esquina de la  Plaza de las Angustias.   Pero la vida a veces tiene estas cosas… y ese alguien, sin saberlo ni pronunciarse, llevaba razón, y han sido tres años, tres malditos años en los que hemos estado  Tú  sin mí, y yo por siempre en  Tí .   Porque no ha existido un sólo día en el que no te haya nombrado. O buscado. O rogado… para que el sufrimiento que llevaba alojado en mi cintura se marchara de mi lado lo antes posible y sin hacer ruido.   Tres años de visitas casi de incógnito. Sin querer molestar. Entrando en mi casa a deshoras y sin querer llamar la atención, con la única intención de pasar desapercibido.  Por eso, cuando al fin te v...

Décima a la Esperanza Macarena..

Que me busquen en tus ojos si me pierdo en esta vida donde palpita la herida   que desarma mis cerrojos ese rincón de despojos   donde la sangre resuena presa, como una condena   y persigue tu cintura liberando su clausura al nombrarte, Macarena..