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Nació en Belén...

El Rey de Reyes vino a nacer cuando el sol de la tarde quebró su última mirada sobre un portalito oscuro y llenito de telarañas, y San José andaba calentando agua para que su esposa María tuviera un parto sin dolor. Ambos se tenían el uno al otro. Y los dos vivían bajo la confianza de un Dios bueno que no les iba a soltar la mano. En las ventanas de las casas cercanas, el frío se asomaba para intentar quedarse, y en el cielo una cohorte de ángeles afinaban sus instrumentos para decirle a la humanidad que el Mesías acababa de reinar sobre la faz de la tierra. Fue justo con la primera sonrisa y el primer balbuceo de ese niño cuando la Historia del ser humano comenzó a caminar por la vereda de la verdad… y desde ese día existe una orilla en el horizonte de nuestros latidos a la que llamamos esperanza. Así vino al mundo la razón de mi existencia. Así nació el hombre en el que este humilde junta letras cree. Así debió ser y así lo recuerdo cada año cuando l...

Esperanza...

Según la Real Academia Española de la Lengua, la primera definición que le otorga a la palabra esperanza es la de “ese estado de ánimo que surge en la persona de uno cuando se presenta como alcanzable aquello que se desea”. Si yo fuera académico en esta ilustre institución española, me batiría en duelo con quien fuera para incluir una estampa de la Virgen de la Esperanza -aquella que vive en San Gil-, para que su rostro fuera la primera definición y única de la palabra esperanza. Y es que nosotros, los cofrades del sur, necesitamos de ese rostro en nuestras vidas para saber que todo irá bien, que todo marchará bien, que todo se dará como Ella quiera que se dé. Porque estando la Esperanza de por medio nada malo nos puede suceder. Ese nombre es el tintero donde Dios vertió su mirada para crear el mundo en seis días. Ese nombre es el horizonte donde los problemas se toman un respiro, el motivo para seguir viviendo, la razón que encontramos para seguir peleándono...

Quiéranse un poquito...

La llegada del último mes del año al calendario trae consigo no solo frío y consumo, sino que permite desenroscar el tarro de las falsedades para que el mundo se maquille a gusto antes de salir de casa. Cada uno lo hará dependiendo del miedo que le tenga a esta sociedad, que lo mismo te señala con el dedo para aplaudirte, que lo mismo te ajusticia con el látigo de la indiferencia.   Y es que con estas fechas donde las calles se adornan y los villancicos resuenan, parece ser que todos debemos de volvernos un poquito más buenos; todos debemos de volvernos un poquito más educados; todos debemos de fingir un poquito más que de costumbre. En breve habrá que poner mensajes a decenas de contactos deseando primero, unas Felices Fiestas ; luego, una Feliz Navidad ; y por último, un Feliz Año Nuevo . En breve habrá que entrar y salir de las tiendas con una sonrisa en la mano para sujetar la puerta y con los brazos cargados de regalos que ya veremos cómo pagamos. En br...

Esencia a canela y clavo..

Existen sonrisas que al dibujarse en la cara nos permiten ver el interior de nuestra alma; es la llave que abre la puerta de nuestra piel, la que permite que las miradas se queden ancladas a nuestros labios, el gesto que hace que los miedos se pierdan al ofrecernos sosiego… La que pude ver en la cara de mi amiga Irene Gallardo Flores hace un par de noches en el Círculo Mercantil de Sevilla al presentarnos a su tercer hijo de papel era radiante, verdadera, satisfecha,… Y es que estaba feliz, irradiaba felicidad, contagiaba felicidad; y tenía más que motivos para ello. Esencia de la Semana Santa es un regalo que Irene nos ha hecho para pasear entre nostalgias y fotografías con sabor a sepia. Esencia de la Semana Santa es un ramillete de añoranzas que de la mano de Irene iremos descubriendo al callejear de puntillas por los calendarios del pasado. Esencia de la Semana Santa es un puñado de conversaciones a media voz con amigos de Irene que le dan sentido a los l...

Es otra cosa...

     Los que me conocen saben que suelo tomarme las cosas con calma y con cierta distancia. Que me gusta guardar silencios y que me gusta detener la mirada en aquellas sombras que de verdad reflejan cosas importantes.                                                                     Cada uno es como es y se expresa como puede o debe, y de un tiempo a esta parte he dejado de meterme en batallas que se juegan en otras fronteras y bajo otros cielos porque siento que la vida es otra cosa. La vida es un regalo que alguien nos entregó, pero que a veces se envenena por compañeros de trabajo, por amistades a las que no les importamos, po...

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Hace unos días, un grupo de profesores pusimos sobre la mesa un problema que nos preocupa mucho más que la huelga de deberes que la asociación mayoritaria de padres y madres están promoviendo para los fines de semana del mes de noviembre. Y no es otro que la cantidad de faltas de ortografía que el alumnado presenta cuando llegan a la etapa de secundaria, junto a esa capacidad pobre y triste de expresarse que manifiestan. De la huelga sólo diré que los padres son soberanos a la hora de educar a sus hijos; ya se arrepentirán. Pero de lo otro si puedo decir algo. Y es que esas faltas de ortografía vienen dadas por algo tan simple como es que los alumnos no leen. Antes, te acercabas por los pasillos de cualquier hipermercado, y en la sección de libros habría tres o cuatro niños leyendo en el suelo mientras sus padres hacían la compra. Ahora, si ves a uno libro en mano, es una raya en el agua. Preocupémonos de este detalle que es fundamental a la hora de for...

Mirando al cielo...

Lleva varias semanas sin poder conciliar el sueño; se pasa las noches deshojando miradas a la luna tras el visillo de su dormitorio y siente una punzada a la altura del pecho cada vez que entra en la cocina y se calienta un vaso de leche. Noviembre se asoma por la rendija de sus nostalgias y la pone enferma el recuerdo que provoca en sus bolsillos. Y es que sus bolsillos están tiznados de lutos desde que la vida le obligó a despedirse del amor de su vida; y el hilo de esa costura está hilvanado con el aroma del mes de los difuntos.    Por eso ella no entiende que sólo nos acordemos de las ausencias una vez al año y que la mayoría de los cristianos pongan el grito en el firmamento de sus creencias ante calabazas y modernidades extranjeras. Ella sabe valorar otras cosas. Por eso se conforma con saber que detrás de las nubes existe una voz que aún le susurra que la quiere; que existe una caricia que por las noches dibuja sobre su piel la palabra felicida...