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Entradas

Aroma a Domingo

         De un tiempo a esta parte los domingos por la mañana los tengo reservados para montar en bici, aprovechándome que por las calles de nuestra ciudad apenas hay gente y que por muchas esquinas las persianas se andan cerrando para irse a dormir. Es un paseo leve el que suelo dar, no vaya a ser que mi espalda se revele y me quite este espacio donde soy completamente libre. Entre pedalada y pedalada, aprovecho para pensar en mis cosas, en mis artículos, en mis proyectos,… notando cómo la ciudad se relame sus heridas, se busca a sí misma y comienza suavemente a desperezarse por las esquinas del olvido. Y me resulta curioso observar que el ritmo de la vida se vuelve pausado al llegar este instante de la semana, acrecentándose el ruido en las cafeterías, dejando que los despertadores se vuelvan mudos y viendo a decenas de personas que en su vida han hecho deporte enfundarse a ropas llamativas y recién estrenadas con la sana intenci...

MaR

El bueno de Rafael Alberti se llevó media vida dudando si a  la palabra mar le añadía el artículo “el” o le encorsetaba el artículo “la”. Como amante confeso del poeta del Puerto, me moriré sin saber cuál de los dos artículos saciaba más su nostalgia. Pero si de algo estoy seguro es que si este poeta del sur hubiera conocido a mi amiga Mar , la duda lo hubiera atormentado aún más si cabe al caminar por las calles del olvido. Y es que mi amiga Mar está por encima de ese mar que cada tarde se retira a descansar buscando la eternidad de la orilla de la playa de su pueblo sanluqueño que la tiene atada de pies y manos, pero que no es capaz de apresar el talento que sus pinceles encierran. Maestra y pintora con letras mayúsculas, cuando Mar pinta, escribe o esculpe, libera su mirada para que los demás caminemos descalzos por sus suspiros, sintiendo la fuerza de un corazón indómito que late al compás de sus sueños, sus cicatrices y sus ilusiones. Nadie le ha r...

Juegos Olímpicos

           Cada cuatro años suelo plantarme delante del televisor y tragarme todos los deportes olímpicos que vayan emitiendo, amén de todos los resúmenes y las ceremonias de Inauguración y Clausura. De hecho, aún conservo por casa algún muñeco de Cobi , la mascota de los Juegos de Barcelona´92 . Los de este año en Rio2016 serán mis novenos juegos conscientes de ello, y espero que alguien del Comité Olímpico Internacional premie mi fidelidad de alguna manera especial. Pero hablando en serio, soy un enamorado del Olimpismo y de todo lo que conlleva ese mundo de esfuerzo y compañerismo; recuerdo con mucho cariño que uno de los primeros trabajos que hice en mi vida cuando iba al colegio y era buen estudiante fue precisamente sobre la Historia de las Olimpiadas y sobre una de esas figuras a las que uno admira desde la lejanía y la envidia: el barón de Courbertin .    Unos Juegos Olímpicos no es sólo una reconciliación del ser ...

Tengo ganas de Ti...

            Sueles aparecer rondando los cierros de mi mente cuando menos me lo espero; y lo haces de manera callada, sin aspavientos, sin adornos, sin aparejos que me distraigan de tu nombre. A estas alturas de nuestras vidas, ambos conocemos el eco de nuestras zancadas, y ambos necesitamos oírlo de vez en cuando para saber que no estamos tan distanciados el uno del otro. Y esta vez has sido Tú quien has aparecido por el zaguán de mis impotencias; y al verte -en una simple fotografía-, me he dado cuenta de que tengo ganas de Ti.   Y es que tengo ganas de coger un bolígrafo de tinta roja y remarcar en los calendarios que bordean mis días cuándo sales a la calle, cuándo te podré besar la mano, cuándo podremos quedarnos a solas para dejar guardada de una vez por todas la bandera blanca de mis derrotas en el altillo de los vacíos. Tengo ganas de que el sol del invierno se cuele por mi piel cuando vaya a buscarte por los callejones...

Santiago

         Desde hace unos cuantos días la ciudad de Jerez ha vuelto a recuperar parte de esa sonrisa de pellizco que se le dibuja a su gente cuando el sol comienza a pasearse por las calles de nuestras fronteras.     Es una sonrisa única y que tiene un aroma inimitable que la hace totalmente diferente cada día. Y la culpa de esta pincelada de felicidad la tiene la reapertura de la Iglesia de Santiago del Real y del Refugio , tras más de una década cerrada a cal y canto. Y es que Santiago - la Iglesia de Santiago -, no es una Iglesia más que se sortean por el entramado de adoquines de nuestra ciudad, ya que este edificio es el epicentro de uno de los dos corazones que tenemos en Jerez .   Porque Jerez de la Frontera tiene dos corazones que jalonan de su arte, de su magia, de su flamenco… y uno de ellos se esconde en   Santiago , con todo lo que eso significa para este rincón del sur y para orgullo y envidia del mundo...

Pinceladas de felicidad...

         Si en estos días nos detenemos por un momento en ver cómo camina el mundo, probablemente acabemos enrabietados y con ganas de detenernos en la siguiente estación. Es lo que tiene tener tantas ventanas cuyos reflejos se pierden en el atardecer de los demás. Pero como el hacedor que mueve nuestros hilos supo de este pequeño contraste, para solventar ese pequeño error nos puso el corazón de los amigos al alcance de nuestras miradas, y el de mi amigo Lolo es de esos corazones que palpitan entre risas y silencios. A su manera -y con sus cabreos los cuales me hacen más daño a mí que a él-, me está enseñando que la vida es un vaivén de momentos, un carrusel de confesiones y una pincelada de felicidad que hay que saber trazar bajo el compás de las horas. Así, mi felicidad se encuentra hoy por hoy en un paseo por la orilla de la playa cuando el mar se está sacudiendo la sal de sus heridas; si estás leyendo esto, te espero una tarde. En u...

No somos héroes..

Desayunaba la otra mañana junto a un grupo de madres con las notas de sus hijos bajo el brazo y le dieron un soberano repaso a todo aquel que se dedica al noble oficio de enseñar. Días después no cambio ni una coma de los distintos discursos que allí escuché porque recibí una auténtica lección de humildad. Y es que verán ustedes, yo soy maestro y defiendo mi oficio  a capa y espada allá donde haga falta, pero admito que para llevarlo a cabo muchos nos envolvemos con la tiza de las excusas. Me sobran dedos de una mano para reconocer a compañeros que admiten sus errores a la hora de trasmitir conocimientos y que confiesan que su labor es mucho más que ponerse delante de una pizarra y enseñar las letras del abecedario o el concepto de fracción. Pero es que el maestro nace, no se hace. Y el título que te dan en la Facultad de Ciencias de la Educación no sirve de nada si uno mira a sus alumnos con prepotencia en las clases; si vende a compañeros en un despacho d...