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Primeros espadas

Tengo la sensación de que en algunos aspectos de mi vida es mi propia vida la que se anda burlando de mí, enseñándome cada vez que puede su sombría espalda, haciendo que mis perseguidos sueños sigan retrasando su llegada.  

Andando el tiempo he aprendido no sólo a recorrer mi camino, sino a detener la mirada en mitad del mismo para ver lo positivo que encierra cada pisada marcada.  

Y el fin de semana pasado volví a hacerlo.

Salí de mi zona de confort y asistí al Primer Encuentro provincial sobre Turismo, Cuaresma y Semana Santa celebrado aquí al lado, en el Campus universitario de la Asunción, y por unas cuantas horas volví a sentirme un privilegiado.

En su momento les comenté a los organizadores algunos aspectos que tendrían que hacerse mirar para encuentros venideros, sin acritud y desde el cariño que les tengo a más de uno…

Pero a pesar de los fallos cometidos, es de recibo darle las gracias a la organización de este evento porque -sin pretenderlo y sin buscarlo-, me hicieron feliz por unas horas.  

Y es que escuchar, saludar, ver, oír,… disfrutar en primera fila de la voz, de la presencia, de la experiencia de algunos de los invitados que cumplieron con su compromiso para con el programa dispuesto no está pagado con nada.

Invitados que son primeros espadas de este mundo capirotero de mis carnes que tanto veneno destila a veces por sus adoquines.  

Joaquín Moeckel, José Luis Garrido Bustamante, Fran López de Paz o Paco Yesa conforman en mi particular mundo cofrade una constelación de estrellas de primer nivel, que me dejaron entrever que detrás de su nombre hay una piel que siente como la mía.

La pena es que Jerez fue la gran ausente, perdiéndose una vez más en las humedades que conforman sus fronteras…

Ainsssss… qué será de ti el día que abras los ojos…


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