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Mostrando entradas de septiembre, 2023

Corretea..

  Corretea  Tu  nombre entre gemidos  junto al tiempo, amarrado a tus miradas. Se descalzan las dudas desoladas  y los rezos suplican derretidos.      En las aceras, callan los olvidos. Las lágrimas se secan deshojadas. Se queman las promesas, demudadas… Y coses cicatrices sin quejidos.     Eso provocas  Tu , sin miramientos,  al florecer suspiros de locura en tu boca, en tus ojos, en tus vientos.   Perdiendo la razón y la cordura, toda piel que se cruza entre lamentos y te nombra, bajito, su  Amargura . Soneto escrito a la Virgen de la Amargura en el año 2020  

Roma..

  Sin lugar a dudas,  Roma  es la ciudad bañada por la historia. La notaria de nuestro pasado, presente y futuro. La que huele a legiones y emperadores cuando el sol pide descansar.     Roma  es esa ventana a los amores imposibles. Un cerrar de ojos a una cicatriz que está costando supurar. Un beso demudado por el adiós.   Roma  es ella…   Todo un imperio de latidos cuando sonríe.   Toda calzada cuando se descalza.   Toda mujer cuando cae la tarde.   Roma  es ella tras cada esquina, bocacalle o plazoleta.   Tras cada vericueto, acento con prisas o fuente anudada al mar de los quereres.   Roma  es ella… Y por los siglos de los siglos lo será… De ahí que cada vez que la nombre o la visite, por mi mente se vuelve a escapar su recuerdo.   Ese recuerdo tatuado al escalofrío de mis huesos.    A la orfandad de mis abrazos.   Al hilo invisible de mis sueños.   Roma  es ella.   Sin conquistar.   Sin vencer.   Entregada a la pasión de vivir en cuerpo y alma.   Roma  es ella.   Desmelenada por la

SAETA DE PAPEL..

            La  Noche de Jesús  avanzaba lenta, como la caída de un goterón de cera elevada al cuadril. La luna pintaba destellos de princesa con los pies descalzos por las azoteas, y el frío se iba acomodando en los bolsillos de los chaquetones.   A lo lejos, una  Esperanza  cruzaba la ciudad con el remiendo de decenas de lágrimas en sus costuras. Por  Santiago , un silencio de muerte arrebataba suspiros a las preguntas sin trazo de los nombres. Por  San Miguel , el  Verbo  volvió a hacerse nudo, madera y pátina para que la vida se enmudeciera al verlo atravesar por los dinteles de las casas.   Todo parecía ser lo mismo. Pero nada era igual.   Sobre todo, en la garganta de Luis. Rota. Ajada. Cansada a esas alturas de la semana… Pero necesitada de rezos. Los que sólo se consiguen cuando se canta una saeta. Lanzando un dardo. Recogiendo un escalofrío. Recibiendo el calor de un guante sobre la cara oculta de los pensamientos.   Y, además, su corazón le pedía ir a ver al  Nazareno  al lle

Escuchas..

 Tú mejor que nadie sabes a quien le dije ese te quiero... La Morada

Escógeme..

  Sólo necesito que me escojas... sólo eso... La Morada

Silencias..

  El Señor del Silencio solo sabe callar cuando alguien lo nombra... Foto: Fran Silva La Morada

Y aquella noche..

  La Amargura enloquece cuando llora, cuando calla, cuando respira Foto : Fran Silva La Morada