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Mostrando entradas de noviembre, 2023

15 de noviembre

  Voy a compartir una reflexión mientras un tren me lleva de nuevo a Madrid. Sabéis?  Siempre me gusto este día porque es el día de mi santo . Y desde primera hora de la mañana hoy me siento feliz.. Mi hijo me ha felicitado, mis familia tb, mis amigos se han acordado de mi y mis niños en el colegio me han cantado en el patio.. Voy dejando tras de mi muchas heridas, un tiempo de tristeza y melancolía que me ha supuesto perder muchas cosas y personas a las que ame con locura, pero tambien un tiempo para aprender quien soy de verdad..  Confieso que estoy centrado en mi trabajo, en volver a ponerme en forma, en escribir algo que merezca la pena y en ser el mejor padre que Jesús pueda tener.  Pero a veces cuesta, sobre todo cuando la noche me acompaña. Estoy en un momento en que me necesito, en que solo pienso en mi y en disfrutar de mis silencios.. Toca seguir. Hoy estoy siendo feliz.. A saber lo que la vida nos tiene reservada para mañana.. Un beso.

La Estrella..

  Tiene la Estrella un semblante, de esos que te rompen en dos las dudas.. Tiene la Estrella una pena, que atraviesa los tiempos.. Tiene la Estrella una mirada, que desarbola a Triana , a Sevilla , al mundo… Por su rostro navegan a barlovento los gritos de un río que apenas duerme, que apenas se mueve, que apenas se encabrita como antaño. En sus manos caben todos los horizontes que la luz del amanecer pinta con acuarelas. Y en sus ojos... en esos ojos medio hundidos por la muerte, está la estela de su nombre, curtido en el fogón de un barrio que, sin Ella , ya se habría extinguido en un pasadizo del olvido. La Estrella es esa madre que llora el destino de un hijo cuando el Hijo clava sus palabras en el cielo de los por qué. La Estrella es algo más que un arrecife de coral, que la oquedad de la miel, que el abrazo sanador del tiempo. La Estrella es esa sombra que, al deambular por tus labios, hace equilibrios entre la emoción y el silencio. Si la daga de su pecho hablara... Si lo

Suspiros de Canela..

  Sucedió la otra tarde… en la procesión de la   Virgen de las Angustias Coronada , camino de la Catedral, el pasado 27 de octubre…   Llevaban un par de semanas hablando, con nervios entre las palabras, cansancios robados a la luna y el paso lento de los susurros.   Los dos tenían cicatrices abiertas en el alma.   Los dos habían llorado lo indecible por un amor de primavera.   Los dos tenían a la soledad como compañera de viaje.   No se buscaban, pero el destino quiso que sus sombras se cruzaran una noche en la que el sueño se desveló para despertar al alba.   Y junto al alba comenzaron a desnudarse poco a poco, dejando que los silencios fueran descosiendo la distancia, la piel y los gemidos.   Hablaron…   Hablaron de todo…   De la vida, de los sueños, de los hijos…   Del pasado, del presente, de lo que les quedaba por vivir…   De por qué, de con quién, de los olvidos…   Y tras un mensaje de buenas noches, ambos llamaron al sueño entre nervaduras de escalofríos.   Porque los dos hablar