Me he levantado temprano. La luna se va despidiendo de la noche. Mi reloj de pulsera aun duerme. Y de fondo, entre el café y estas letras, suena tu Vanesa.
Ya tengo asumido que en esta vida nuestros labios no se van a derretir el uno en el otro, pero me resisto a callarme lo que tu sonrisa me provoca.
Y es que esa curva dice tanto, y calla tanto…
Se que no te busqué, pierdo el pulso con cada mensaje tuyo, te imagino de mil maneras posibles rondando por mi cintura….
Y aquí ando, desnudando con magia y suspiros palabras, haciéndole un hueco a los nervios, imaginando lo que pudiera pasar entre tu y yo…
Por ahora, me conformo con que me leas.
Y con que me leas, me conformo por ahora.
Hace tiempo te dije que nunca dejé de escribirte.
Aquí tienes la primera carta.
Un beso.
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