Ir al contenido principal

Para ser llorada...


Tengo la certeza absoluta de que la Semana Santa nació entre lágrimas y que en algún momento de la semana el cofrade se refugia en ellas para que su corazón desabroche las penas acumuladas. 

Y este año, yo he llorado en Semana Santa para que mi corazón sosegara su alma.

Y lo he hecho cuando el rezo se me ha quedado corto. Cuando la palabra gracias se ahogaba entre pellizcos. Cuando veía mi vida pasar al ver como un palio llegaba, me guiñaba y se marchaba,… zarandeándome la piel y las costillas que me faltan.   

Este año quise guardar silencio y ser uno más, ir al encuentro del Cristo de mi cabecero y verme en una calle con el aire tallando suspiros bajo los inciensos inquietos de mi mirada.

Quise volver a saber lo que era una bulla, lo que era remontar una cofradía por la calle Justicia, sentir el cansancio en mis riñones al estar de pie en una salida.

Quise volver a mi niñez y buscarme entre la multitud, saldar las promesas al besar una estampita, detenerme a saludar dejando las prisas para otro día.
   
Las lágrimas que salpicaron mis mejillas el día que el Señor del Cáliz rompió la luz de San Marcos aún retumban en mi boca y en mi cintura; las que la Virgen de la Amargura entrevió en mis pupilas entre alamares y naranjas certifican que la Madre de Dios jamás me dejará solo en este valle de angustias; y ante el Señor de la lagrima aguada -en la calle Higueras-, supe literalmente lo que era romperse.

Hubo muchísimas más. Y no me arrepiento de lo llorado. Es más, lloraría cada latido de nuevo.  

Algunas eran mías. Otras eran prestadas. Todas fueron necesarias. Me dieron la vida cuando la vida me faltaba.

Llorar en Semana Santa… el sexto sentido que humaniza a los cofrades.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Yo me enamoré de ti..

           Permíteme que levante la mano y que escriba lo que mi corazón siente cuando tu nombre seduce una vez más a mis labios. Permíteme que sea un arrabalero más entre la chusma selecta que escoge tus canciones para poder vivir sin anclajes sobre los atardeceres apaleados de este mundo.   Permíteme que me empape una vez más de tu pluma, del brillo bohemio de tus ojos, de tus muñecas condenadas, atadas y maniatadas a una guitarra y que sólo se liberan cuando tu voz le susurra a Cádiz que esa costilla de tierra millonaria es tu única patria, tu único cielo, tu único universo. Ser de ti es un lujo que la vida me tenía reservado en la esquina   de un pasodoble interminable, de esos que tú compones sin miedo, sin coloretes, sin purpurina caduca y sin febrero que deshojar, y que cuando mi garganta me lo canta por lo bajini, mi piel se eriza y se desgarra como si yo fuera un nostálgico comparsista que se la da de artista.   Juan Carlos , cuando la vida se me tuerc

Se muere...

El centro de Jerez se muere. Está sentenciado. No tiene remedio; lleva meses desahuciado, y sólo falta poner sobre su lápida vital la fecha de su defunción. Duele escribir con la cólera entre los dedos y la impotencia en los labios, pero más duele ver como el jerezano de a pie mira para otro lado y saca su mirada conformista una vez más. Y como yo escribo en base a lo que siento, y de conformista ya me queda poco, junto palabras desde la rabia, la furia y la resignación que me trasmiten los ojos de esos amigos que en su día apostaron sus ahorros y sus sueños en levantar un negocio en el centro, … y ahora ven cómo el centro se va convirtiendo en un desolador cementerio. Y ya saben lo que uno encuentra cuando visita campo santo: recuerdos, nostalgias, humedades, … Quizás por eso las grandes firmas huyan despavoridas de sus enclaves estratégicos sin mirar atrás, antes de que sus clientes les paguen con coronas de flores. Quizás tenga que ver algo las chapuzas de a

Un eterno hombre COBARDE... y sus ETERNOS hombres bonitos

Cádiz, ven.. déjame que te tome de la cintura para dar un paseo por la orilla de tus susurros, y permíteme que dibuje sobre la caricia de cada ola la historia de un niño que se hizo grande entre cobardes y milagros . Prometo que no te entretendré mucho.. Sé que llevas unos días cosiéndole al atardecer sombras y ecos donde los suspiros pedirán perderse entre tipos y coloretes; sé que estas sacándole brillo a los zaguanes de las casapuertas para que las voces que hablan por ti contagien de vida a propios y a extraños; sé que te están dejando reluciente ese castillo de papelillos donde las ilusiones se maquillan con esperas y nervios;… pero yo necesito contarte la historia de uno de los tuyos. Así que, descálzate y ponte cómoda.. Se trata de uno de esos requiebros al que tú le distes la vida -un mes de febrero-, y que nació con el don de quererte y de llevarte entre sonrisillas por todos los confines del mundo. Se trata de uno de esos locos de atar que doremif