Ahora
que pasear por las calles del centro de la ciudad es hacerlo bajo la lluvia de
la melancolía y del frío envuelto en esperas..
Ahora que las
luces de los árboles de Navidad de los salones se andan agotando y están como
locas queriendo volver a su vieja caja de cartón..
Ahora que los
papeles de regalos son un recuerdo donde la ilusión se quedó a dormitar por
unas horas.. y la cara de felicidad del
que recibió ese presente es un tatuaje en el altillo de las sonrisas..
Ahora que las
prisas, las colas y los tickets regalos son un recuerdo anclado a los riñones y
a las plantas de los pies..
Ahora que los
villancicos reposan en la alacena de las nostalgias..
Ahora que los Tres Reyes de la Ilusión no persiguen
ninguna estrella, ni tienen prisa por llegar a ningún sitio y andan preguntándose
el uno al otro con qué regalo estará jugando el Niño Dios..
Ahora que los
horarios se vuelven a condenar a los relojes de arena de la rutina..
Ahora que no
recibimos decenas de mensajes por compromiso y nuestros dedos vuelven a
recuperar su voz muda..
Ahora que los
hogares están ordenados y de nuevo abrimos las ventanas al horizonte para ver
cómo sigue latiendo el corazón del mundo..
Ahora..
Ahora es el
momento de coger aire, de ponerse frente al espejo de lo vivido y buscarse esa nueva
arruga que seguramente nos salió de tanto reír, de tanto beber, de tanto desear,... de tanto compartir.
No te maldigas
por ello, porque ahora es cuando te tienes que dar cuenta de que sin estar vivo
hubiera sido imposible vivir lo que has vivido en estos días; todos nos hemos
tomado un respiro, pero es hora de regresar para seguir caminando.
Y recuerda: la
vida no está envuelta por un moño, pero sigue siendo un regalo.
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