Ir al contenido principal

Enjaulados


Cuando el sol se despereza de su letargo, cuando de golpe planta sus pies fríos sobre el silencio de la oscuridad, cuando se llama a sí mismo para corretear por entre las azoteas con ganas de terminar de secar las ropas del día anterior, éste comienza a dibujar sus primeros rayos de sol de manera tímida, apocada, casi de puntillas para no despertarnos de nuestros últimos sueños con la danza de sus rayos.

Es curioso. Gracias al “Dios Ra” el ser humano puede calentarse, puede broncear su piel, puede enmarcar sus pulsos y sus emociones,…  puede vivir en definitiva, pero a veces, éste nos habla rompiéndose la garganta y apenas no damos cuenta de sus palabras.

Y esto es algo que, cada vez con más frecuencia, nos está pasando.

Siempre rondó por mi cabeza la premisa de que el ser humano estaba creado, o surgió porque alguien así lo quiso, o somos producto de un sueño que se desvelará cuando cerremos los ojos,… para vivir en sociedad, para no aislarse, para compartir la vida con sus otros semejantes, buscando el sosiego a sus problemas en el roce de otras pieles que sienten el dolor de igual manera cuando son pellizcadas, al cobijo de un sol que dibuja atisbos de esperanzas en el horizonte, pero de un tiempo a esta parte…

De un tiempo a esta parte todo esto está cambiando. Las calles andan desiertas. El miedo se queda a dormir en las farolas cuando éstas se encienden, y apenas te encuentras a niños jugando en la calle con la libertad que da una simple pelota y un par de amigos.

Nos guste o nos guste, ahora vivimos para adentro, conectados a energías que alimentan la cara oculta de nuestros ombligos.

Ahora somos presos de la luz artificial de televisores cada vez más grandes para que nos acojan con mayor fuerza y no nos escapemos; tenemos teléfonos móviles que cada día que pasa más nos encadenan y amordazan a juegos y aplicaciones para que dejemos de pensar por nosotros mismos; caminamos esclavizados a pantallas de ordenadores que trazan nuestros perfiles sociales en redes que nos hacen vivir una vida que no es real, que es artificial, pero que nos importa más que la nuestra propia, por el recelo al qué dirán, a cuántos “Me Gusta” consigo, a cuantos retuits, y que, a diferencia de la de verdad, no sufre moratones y cicatrices.

Ésta vida ficticia tiene una gran ventaja: a la derecha tiene un botón que nos permite abandonar - y abandonarnos-, cuando leemos, oímos o escuchamos algo que nos apetece leer, oír o escuchar en ese momento.

Quizás el primero que tenga que mirarse en este espejo y leerse varias veces este escrito sea yo, que con la excusa de “yo solo utilizo todo esto para trabajar”, leo mejor con las yemas de los dedos que con los labios, y echo de menos el contagio de unas risas, de unos abrazos, de unos amigos,…

Y al final el sol va a tener razón, y a través de sus sombras nos está diciendo, claramente, que estamos enjaulados.

Comentarios

  1. Vivo en un sitio donde los niños van solos al parque y creo que aunque nos falten muchas otras cosas eso es calidad de vida.

    Que bonito escribes!!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Yo me enamoré de ti..

           Permíteme que levante la mano y que escriba lo que mi corazón siente cuando tu nombre seduce una vez más a mis labios. Permíteme que sea un arrabalero más entre la chusma selecta que escoge tus canciones para poder vivir sin anclajes sobre los atardeceres apaleados de este mundo.   Permíteme que me empape una vez más de tu pluma, del brillo bohemio de tus ojos, de tus muñecas condenadas, atadas y maniatadas a una guitarra y que sólo se liberan cuando tu voz le susurra a Cádiz que esa costilla de tierra millonaria es tu única patria, tu único cielo, tu único universo. Ser de ti es un lujo que la vida me tenía reservado en la esquina   de un pasodoble interminable, de esos que tú compones sin miedo, sin coloretes, sin purpurina caduca y sin febrero que deshojar, y que cuando mi garganta me lo canta por lo bajini, mi piel se eriza y se desgarra como si yo fuera un nostálgico comparsista que se la da de artista.   Juan Carlos , cuando la vida se me tuerc

Se muere...

El centro de Jerez se muere. Está sentenciado. No tiene remedio; lleva meses desahuciado, y sólo falta poner sobre su lápida vital la fecha de su defunción. Duele escribir con la cólera entre los dedos y la impotencia en los labios, pero más duele ver como el jerezano de a pie mira para otro lado y saca su mirada conformista una vez más. Y como yo escribo en base a lo que siento, y de conformista ya me queda poco, junto palabras desde la rabia, la furia y la resignación que me trasmiten los ojos de esos amigos que en su día apostaron sus ahorros y sus sueños en levantar un negocio en el centro, … y ahora ven cómo el centro se va convirtiendo en un desolador cementerio. Y ya saben lo que uno encuentra cuando visita campo santo: recuerdos, nostalgias, humedades, … Quizás por eso las grandes firmas huyan despavoridas de sus enclaves estratégicos sin mirar atrás, antes de que sus clientes les paguen con coronas de flores. Quizás tenga que ver algo las chapuzas de a

Un eterno hombre COBARDE... y sus ETERNOS hombres bonitos

Cádiz, ven.. déjame que te tome de la cintura para dar un paseo por la orilla de tus susurros, y permíteme que dibuje sobre la caricia de cada ola la historia de un niño que se hizo grande entre cobardes y milagros . Prometo que no te entretendré mucho.. Sé que llevas unos días cosiéndole al atardecer sombras y ecos donde los suspiros pedirán perderse entre tipos y coloretes; sé que estas sacándole brillo a los zaguanes de las casapuertas para que las voces que hablan por ti contagien de vida a propios y a extraños; sé que te están dejando reluciente ese castillo de papelillos donde las ilusiones se maquillan con esperas y nervios;… pero yo necesito contarte la historia de uno de los tuyos. Así que, descálzate y ponte cómoda.. Se trata de uno de esos requiebros al que tú le distes la vida -un mes de febrero-, y que nació con el don de quererte y de llevarte entre sonrisillas por todos los confines del mundo. Se trata de uno de esos locos de atar que doremif