Siempre he confesado que parte de lo que soy se lo debo al mundo del carnaval.
A través de sus coplas, sus autores y sus tipos, estoy enamorado de Cádiz, y la vida es algo más que un simple estribillo.
Y gracias a Tino Tovar y su espectáculo Clandestino, he descubierto ese carnaval que hubo una vez con coloretes en blanco y negro, el de los miedos en los ensayos, el de las cuartetas a media voz.
Clandestino es Cádiz con el telón a medio subir. Es un lavadero colmado de papelillos. Es un pasadizo sin luz al barrio de la Viña.
Clandestino es el arrebato de la mano derecha de Carli al cantar. Es la emoción sostenida del delantal de Milian Oneto. Es el Subiela. Sin más. Don Ángel Subiela.
Clandestino es la guitarra de Perico Campos enloquecida en tu memoria. Es la presencia de Ramoni en un escenario rendido a su voz. Es el quejido siempre esperado y envolvente de Toni el Piojo.
Cádiz merecía un espectáculo así, donde amantes de febrero como Sergio, Julio, Manolin o Jose Otero amainaran sus talentos mientras José Helmo danzaba de puntillas por la orilla de sus silencios.
Cádiz merecía que Dani Obregon volviera a susurrarnos al oído que por su sangre corretea el mismo salitre que llevaba en sus bolsillos el Beni, Chano o los primeros fenicios gaditas.
Y Cádiz merecía que Tino no dejara de darle vueltas a su anillo, que nos regalara una canción así y que nos contara la verdadera historia de los que se subían por febrero a las tablas del Gran Teatro Falla; por cierto Chicho, sólo tú podías narrar con tu gaditanismo por bandera lo que se cocía bajo las sombras de tu bujío.
Pasado el tiempo, ellos y nosotros nos daremos cuenta de lo que hemos vivido con la excusa de ver, oír y sentir carnaval.
Pasado el tiempo, Don Carnal se arañará para arriba. Estoy seguro de ello. Y se arrepentirá, más de una tarde, de no haber mimado a estos gaditanos que nos han regalado un trozo de la historia de la ciudad de las mil torres miradores cada vez que han
Pasado el tiempo…
Cádiz… el día que quieras más a los tuyos que a los de afuera… ese día hasta el levante se inclinará ante ti..
Qué bonitas palabras...
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