Abril le pidió prestado dos coloretes al mes más pequeño del calendario para endulzarse de coplas el alma, y una comparsa de Cádiz hizo el resto.
Fue la de David Carapapa, ese ángel viñero, ese duende colorao, ese gato callejero que hilvana carnaval cuando te mira, cuando te habla, cuando te dice las cosas bajo el compás del 3x4.
Y se hizo realidad cuando la luna se puso su pijama de primavera y despertó a los duendes y a la magia del teatro. Cumpliéndose un sueño. Saldando una deuda chirigotera con ese telón rojo que tanto ansiaba sentir el beso de los que nunca se han ido. De los que una vez más vuelven. De los que siempre tienen cosas que decir.
En escena, el Falla siendo un espejo del propio Falla para desanclarse la voz en forma de crítica, de ironía, de estribillo y cuartetas que nacieron mientras se aplaudía desde los balcones y la vida se tomaba un respiro para decirnos tantas cosas que, si no fuera por el dolor y por el CARNAVAL, ya estarían olvidadas en un pasadizo de los tiempos.
El tipo, para recorrer mundo, llevando la bandera de Cádiz allende los mares y las entrañas de las fronteras.
La música, enmarcada en las azoteas de los recuerdos y pespunteada por los vientos del sur que son los que escriben las rayas de los pentagramas de los poetas gaditanos.
Y las letras, las letras son Carapapista. De principio a fin. Desde la primera coma. Desde el primer borrón. Algún día nos daremos cuenta de la generosidad que este autor de bombo y caja pone en cada libreto que su pluma desnuda cuando las musas van a visitarlo y las velas se quedan encendidas.
Carretera y Manta llegó como un escalofrío para atravesarnos de sonrisas y lagrimas los recovecos de los que vemos la vida bajo el horizonte que el Dios Momo dejó sobre una barraca de tizas en la Plaza Fragela, y nos hizo inmensamente felices cuando la vida más complicada se nos está poniendo.
Queridos buhoneros, ahora toca tener cuidado por esas carreteras.
Toca seguid pintando los aires con purpurinas.
Y toca soñad con coplas que de seguro los aficionados sabrán qué hacer con ellas.
Querido David. Querido Carapapa. Querida Comparsa.. Gracias por volver a sonar.
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