Hay amores que están condenados a vivirse entre los
pasillos que el silencio traza al caer la noche, y desde hace años el tuyo y el
mío se andan escribiendo en el papel alejado de lo callado, en el papel roto de
lo guardado, en el papel trasparente de lo silenciado.
Cuando
nadie nos ve, tu y yo buscamos una marisma de luz para contarnos cómo nos va la
vida, dónde se remarcan las horas de nuestras pisadas y a qué sabe el aire de
tenernos y no tenernos.
La
última vez que te busqué la mirada, apenas pude aguantártela; las cicatrices
pesaban y los recuerdos se entretuvieron en hilvanar una nueva piel para
mudarme al paraíso de tu cintura.
Pero
hoy -al igual que aquel mediodía-, atraviesa por mi mente ese escalofrío
ardiente de Tu nombre… y sigo pensando que nos debemos un paseo por los tejados
carcomidos de los besos.
Y
es que Tú sigues siendo ese cielo celeste de esperanzas que mayo persigue para
saldar promesas..
Tú
sigues siendo el centro de todos los caminos, edificando una Roma en torno a
tus palomas que jamás caerá en ruinas..
Tú
sigues siendo el tallo donde el romero alza sus aromas al viento para que el
mismo viento se embriague de ti, se enamore de ti, viva de ti..
En
estas horas en el que los peregrinos de a pie les buscan acomodo a sus
cansancios, en la lejanía voy a volverte a escribirte de nuevo esta eterna carta
de amor en la que mis palabras se empluman en la tinta de los susurros, en las
calichas de mis dudas, en las lágrimas moradas de mis ausencias…
Y
al juntar palabras entre renglones torcidos, volveré a rebuscarme para gritarte
que hay una parte de mí que sólo sabe quererte a escondidas, que Tu nombre se
presenta sobre mis labios sin avisar y que soy un hombre feliz porque he
conocido la felicidad de tus respiros.
Nos
debemos tanto el uno al otro…
Así
que, déjame un par de sueños para acabarla, déjame que de nuevo me vacíe y déjame
que busque un sobre lacrado para hacértela llegar; en el remite dejaré tallada
mi sombra y el silabo de un Ave María.
Mientras
tanto, cuida de todos esos hijos tuyos que están estos días cerquita de Ti, cuida
de ti cuando vayas al encuentro de tu pueblo y no tardes en regresar a casa,
que tengo ganas de preguntarte otra vez eso de …
Por qué te llamas Rocío,
tu nombre que bien me suena…
Foto: Oscar Torres
Juan M. Jurado
Comentarios
Publicar un comentario