Necesito llegar a casa
oliendo a ti.
Desesperarme
con tu fragancia y desnudar mi mirada ante el espejo de lo vivido.
Perderme
en tu universo mágico de silencios y ruidos, de luces y sombras, de prisas y
esperas.
Tomarte
de la cintura y sortear valles y esquinas con la única intención de amarte, de
buscarte, de hacerte reír por los ecos de la eternidad al contarte mis cosas ante
un rostro cuajado de lágrimas que albergan tu aroma y tu paz.
Necesito
que me rodees con tus brazos, esos brazos que siempre están ahí dispuestos a
envolverme, a apretarme, a descongestionarme el alma y a liberar mis miedos,
mis angustias, mis tempestades,...
Necesito
una calle a oscuras, un susurro de tierra, una luna revirada en un balcón,...
Necesito
verte a lo lejos llegar, y liberar a los nervios para que éstos se vuelvan a perderse
por los callejones de la inquietud.. y sonreír, necesito volver a sonreír ante
un nuevo encuentro que jamás es igual al anterior.
Necesito
citarme contigo a solas, con un mar de latidos como testigos mudos, con los pies
clavados en el suelo para no perder el equilibrio y con el cuello rompiéndose una
vez más por la grieta de tu nombre.
Necesito
renovar la tinta del lápiz de lo silenciado para dejar escrito en las hojas
caducas de los suspiros lo que el aire es capaz de contarnos entre pulsos y
arrebatos.
Necesito
sentir esa caricia que solo Tú eres
capaz de hacerme sentir sin ni siquiera tocarme, sin ni siquiera rozarme, sin ni
siquiera palparme,…
Necesito
sentir ese escalofrío que llevo cosido en algún bolsillo de mi memoria y fracturarme
en dos cada uno de mis huesos al apartar el cáliz de Tu tortura.
Necesito
sentir que Tu luz vuelve a penetrar por los rincones de mis ciénagas y que los pájaros
al alba guarden mis promesas renovadas de barro y agua.
Necesito
que reines ya sobre el tic-tac de mi reloj de pulsera, qué sortees los vientos
de este naufragó sin rumbo y que juntos de la mano rememoremos mis atardeceres
y tus amaneceres..
Necesito
que Tu palabra vuelva a retumbar sobre mis oídos, que Tu ejemplo sea el dictado
de mis días, que Tu magisterio de izquierdos sea el pentagrama de mis rezos,…
Necesito
verte aparecer por la ventana del salón de casa, dejar a la mirada sorteando
dudas y advertir cómo te tatúas a la niña de mis ojos una vez más, una
primavera más, una tarde más,...
Y
es que sólo necesito de Ti para necesitarte..
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