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                      Me gusta cuando tus manos acompasan mis suspiros, cuando tus palabras sostienen mis cansancios, cuando sin darte cuenta me rozas con tu mirada… 

Me gusta cuando ahuyentas mis miedos, cuando escuchas mis silencios, cuando me tiendes tu mano sin yo pedirte nada… 

Me gusta cuando me indicas el camino a seguir para que mis huellas permanezcan, a pesar del tiempo, a pesar de los olvidos, a pesar de la locura o de ese horizonte que nos separa cada noche cuando la luna se viste con polvos de estrellas... 

Me gusta cuando me dejas con el alma pellizcada, cuando en los recuerdos tatúas tu sonrisa, cuando sobre mi piel pones piedrecitas de papel para que juntos recorramos de puntillas los recovecos de las cosquillas... 

Me gusta cuando me susurras al oído que andas de los nervios por mi culpa, que aquel pacto de quererte por los acantilados de los miedos sigue vigente, que es mi nombre el sostén de tus ilusiones,... 

Me gusta cuando bordeas mis sombras, cuando te pienso o te veo; cuando te extraño, te nombro o te recuerdo; cuando desapareces de mi exterior para acomodarte en mi interior... 

Me gusta que seas tú, aunque tú no estés para nadie; me gusta que seas ese nadie cuando sólo estas tú; me gusta que no haya principio ni fin con el que decirle al mundo lo que eres, lo que soy, lo que somos... 

Me gusta la nostalgia de lo vivido, el olor que dejas en mis sábanas cuando es tu pelo el que se enreda en ellas, la nostalgia de lo soñado, las tardes de lluvia sorteando charcos de quimeras,… 

Me gusta hipotecar mi sonrisa al arrebato de tu boca… 

Me gusta que me digas que me quieres, sea la hora que sea, el día que sea, el momento que sea,… pues solo con tu voz se alimentan mis latidos… 

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