Dentro de poco tendremos en los buzones de casa la
tan ansiada propaganda electoral, con esos sobres de colores y esos programas dirigidos
a nuestro nombre, donde con la intención de conseguir nuestro voto nos
recuerdan que Andalucía es la tierra de todos, y que como jerezanos nos debemos
de sentir orgullosos de nuestra sangre.
Un
trámite que en la zona sur estamos deseosos de volver a vivir.
Para
el sillón de la Junta creo que no existimos, pero es que para el sillón de la
calle Consistorio número 15 somos ese grano en el culo que la ciudad tiene y
que solo se acuerda de resanar cada vez que se mueven de sitio las urnas de los
votantes.
Y
dentro de poco habrá alguien que tenga que limpiarles el polvo a decenas de
urnas para que los vecinos de una zona maltratada y olvidada ejerzan un derecho
constitucional que no sirve para nada.
Ahora
vendrán a preocuparse por la Laguna de Torrox, a hacerse la foto delante de campos
de futbol que llevan meses en obra, e inauguraran el alumbrado de tres míseras farolas.
Que
se pasen por mi calle, que delante de ellos verán lo que hago con sus programas
electorales -y su poca vergüenza-,… si hubiera papeleras, claro.
Con
su forma de gobernar esta ciudad han acrecentado esa línea fronteriza natural
que supone ir de la zona sur hasta cualquier otra zona de la ciudad; han
convertido el subir cualquier cuesta (Chaparra, Alcubilla, la del Mopu,..) en
la más certera de las metáforas.
Y
digo convertido, tanto gobierno como oposición.
Pero
estén tranquilos y vengan a contarnos la misma historia de siempre, que aunque nos
cueste la misma vida llegar a fin de mes, les escucharemos, les abriremos
nuestras casas y quizás seamos tan torpes hasta de votarles…
A
vuestro pesar, a este lado de esa línea somos así.
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