Y lo has hecho cuando el frío del invierno se iba acomodando en los pasillos de la ausencia.
Y lo has hecho cuando las luces de la Navidad van preparando tu parto, el parto de la azucena.
Y lo has hecho cuando ya no quedaban pétalos que deshojar, y las estampas de las carteras se estaban desgastando de tanto manosearlas.
Hace unas horas que has bajado del cielo, donde las manos de unos ángeles te han devuelto el misterio de tu sonrisa… y créeme que la vida… la vida ha vuelto a sonreír.
Porque sin Ti, nada es lo mismo, nada es igual, todo duele, nada nos calma.
Porque contigo, el sendero a seguir sigue siendo una resolana de ladrillos y balcones verdes.
Y las murallas, el Arco, la calle Parras y todos los corazones que alguna vez se han cruzado con tus ojos, han vuelto hoy a suspirar.
Macarena, has vuelto proclamando tu pureza para que ningún arrabal se quede sin tus latidos.
Macarena, has vuelto cuando tenías que volver, cuando tus relojes han marcado tus horas, cuando la calma ha llegado a tu hogar.
Macarena, has vuelto…y prométeme que no vas a volver a marcharte nunca más de nuestro lado, de mi lado.
Por eso, por eso sé que has vuelto…
Y lo has hecho…
Una mañana de invierno
al regresar a Sevilla
de la forma más sencilla
acallando a los infiernos
que sin Ti se han vuelto eternos
oscilando la balanza
al rumor de la templanza
que Tu nombre nos evoca
y que sólo Tu provocas…
Bendita eres, mi Esperanza.

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