Esperanza, si yo supiera pintar… te pintaría como Tú y solo Tú te mereces, sin tener que recurrir a verte reflejada en el espejo de nadie, porque para eso eres la Esperanza de Jerez de la Frontera.
Y es ahí precisamente donde radica Tu grandeza. En la personalidad que irradia tu aura. En el tesoro que guarda tu mirada. Y el horizonte que se dibuja cada vez que alguien te nombra, te busca, te suplica…
Y en el cartel que anuncia mi Semana Santa de este año, pues no te veo. La técnica utilizada será perfecta. La composición será de libro. Los colores serán los adecuados…
Pero yo no te veo matita de yerbabuena. Ni a tu barrio. Ni a tu gente. Ni veo lo que eres y lo que generas. En definitiva, no veo lo simple de tu Gloria… no sé dónde la han dejado; o en este caso, dibujado.
Hace un año dije que el arte es subjetivo. Y sigo defendiendo este planteamiento. Pero el problema que tengo con este cartel recién estrenado es que ni me llega ni es original, y que con el tiempo formará parte de un cartel más dentro de la producción de un artista más, que tiene su estilo, que tiene su forma de expresarse, pero que no ha sabido personalizar a nuestra Semana Santa.
Y si no, buceen en su obra y díganme que diferencias hay entre este cartel y el de la Macarena del año pasado o el de la Hiniesta del año 2015.
Luego se nos acusa a los que nos dejamos el alma escribiendo que acudimos a las citas literarias cuaresmales cambiando sólo el nombre a las advocaciones... ¡aro joe!
En fin… nuestra Semana Santa ya tiene su grito en la pared; y el libro de los caprichos sigue abierto…
Y me vuelvo a reiterar, Esperanza… si yo supiera pintar…
Comentarios
Publicar un comentario