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Mostrando entradas de octubre, 2024

Fe en mí

  Son las dos de la madrugada. Me he vuelto a despertar entre lágrimas y sudores, y es la sexta vez en el día que me digo que esto tiene que acabar.     Y es que yo creía que durmiendo era libre, pero tengo una herida con su nombre en el alma que se cuela por mis adentros cuando menos me la espero y no me deja soñar.    Durante mucho tiempo la he dejado al aire, pero hay días que la palpo con los recuerdos, y ahora necesito que se cierre, porque necesito volver a respirar.   Es una historia que ya pasó.    En la que me equivoqué.    En la que pedí perdón.   Y con la que asumo la derrota más triste de mi asumida existencia.    Pero hay un latido dentro de mi corazón que no se entera. Y de vez en cuando me grita, a sabiendas de que ese relato ya reposa en la repisa de los libros leídos.    Sólo me quedan las cenizas, los recuerdos y un puñado de rezos a escondidas porque no quiero molestarle al cielo con mis cosas mundanas.   Muchos de los míos no compartís que siga aislado, y me zarande

Vivir...

  Hoy que el día oscila entre lluvias y medias sonrisas, déjame que te cuente que, en el silencio de mis pensamientos, me vuelvo a dar cuenta que la   vida   se dibuja sobre un folio de esquinas quemadas.     No somos inmortales. Nos lo creemos, pero no lo somos.     Aceptamos el después como pago de los sueños.   Y vamos desgranando las horas como podemos, viviendo entre recuerdos, pensamientos y agobios de una cartera que mengua su fondo para poder comer, respirar, luchar.   La  vida  no es una frase de Instagram, ni una intención con música de fondo, ni doce propósitos desmenuzados por uvas de nochevieja.   La  vida  es lo que es.   A veces una alegría infinita. A veces una infinita putada.   Sobre todo, cuando ésta te atropella y te deja llorando en un rincón de tu casa.   Y a estas alturas de la película, sabes igual que yo de que va todo esto, puesto que llevas acumulados momentos buenos. Momentos para olvidar. Y momentos para levantar la mano y pedir la cuenta.   Así que  ámate