Resuenan papelillos y cuplés las voces se calientan con calditos el Teatro sonríe, muy bajito Febrero se desviste por los pies. El Dios Momo maquilla descortés los latidos de autores exquisitos octavillas suspiran los escritos y el público aplaude por doquier. Los segundas envuelven las cuartetas a La Viña la quieren sin piedad viñeros y nacidos tras las Puertas. Un romance por toda la ciudad se queda a cantar por las casaspuertas… en Cádiz siempre vive El Carnaval.